Cuando los ríos verdes vuelvan a tomarte,
deja cualquier aliento tras el viento,
que el viento te persiga atento a tu respirar,
e impulse tu vuelo
y levantes al recoger semillas para sanar
las heridas que hicimos al pasar.
Llenarás de palabras su existencia oculta,
entre los corales milenarios,
que resurgirán por sorpresa,
tomando de ti la vida que quitaste,
aquella madrugada.
Recuerda cuando te preguntes:
¿A dónde fue el viento?
¿A dónde fue la corriente?
¿A dónde fue el último respiro?
Ha arribado al puerto que tanto anheló. Bienaventurado sea, pues nada mejor se le puede desear. M.A.C.H.