Reseña y análisis de la novela Virgen de medianoche, de Josefina Estrada
La vida difícil de una mujer fácil
La segunda mitad del siglo XX en México se caracterizó por ser un periodo volátil debido a los bruscos cambios en la economía nacional, pero también a causa de las transformaciones que la sociedad estaba experimentando. En Virgen de medianoche, Josefina Estrada cuenta la historia de Fortuna Faik, quien ejerció la prostitución durante este periodo y quien cuenta, sin tapujos, toda información referente a esa parte de su vida, a un narratario.
Virgen de medianoche es una novela narrada en primera persona, con un narrador autodiegético, protagonista de esta historia, y cuya narración es ulterior ya que es contada a un personaje del cual se habla muy poco y desde un punto en el tiempo de la narración en el que ya han ocurrido los sucesos contados por Fortuna. Es, en pocas palabras, una novela de remembranza.
Sin embargo, una característica importante de esta novela es la polifonía, la cual tiene lugar en los momentos de enunciación cuando el personaje: “[…] dibuja su fisonomía discursiva” (Bajtín, 254).
La palabra del personaje se torna, entonces, como un elemento que determina la existencia del mismo, un medio para recalcar su “existencia” pero siempre teniendo en cuenta la intención del autor al momento de dotarlo de conciencia y voz para enunciar sus pensamientos; dos centros discursivos desde la perspectiva de Mijaíl Bajtín (1988): por un lado está la voz del personaje y por el otro está la voz del autor.
En Virgen de medianoche, Fortuna es la encargada de narrar su propia historia como prostituta, y durante sus monólogos puede apreciarse su personalidad y sus particularidades discursivas, que no solo están constituidas de palabras soeces; además, exponen el modo de pensar de esta mujer ante su profesión y ante la vida que ha escogido.
Virgen de medianoche no funge exactamente como una novela polifónica, ya que Fortuna es, sin duda, la voz dominante, aunque hay momentos donde, a manera de diálogos, puede apreciarse las voces de otros personajes que por momentos intervienen en la historia:
El taxista me comentó:
-Nada más traigo 100, es de la cuenta; se los voy a dar, pero ahorita me los repones.
– No, nada más tengo 60 pesos.
Segunda mentira: tenía dinero en la casa. ¡Fíjate, en la bronca que estaba y no quería soltar la lana! (Estrada 7)
De acuerdo con la tipología del narrador propuesta por Graciela Reyes (1984), en Virgen de medianoche el narrador es homodiegético ya que, al mismo tiempo que se encarga de narrar la historia, también funge como personaje principal.
Asimismo, de acuerdo con los planteamientos de esta autora, una forma de narración dominante dentro de Virgen de medianoche es constituida por el Estilo Indirecto Libre (EIL), que se caracteriza por ser:
“[…] una reproducción de discurso sui generis, que presenta los contenidos de conciencia de un personaje (palabras, o, con más frecuencia, pensamientos y percepciones) desde el aquí-ahora de esa conciencia, pero en la voz del narrador, y, por lo tanto, en el tiempo pasado de la narración. Ésta no se interrumpe con pasajes dramáticos”.
(Reyes, 46).
El EIL se manifiesta en la novela de Josefina Estrada mediante los monólogos de Fortuna y, especialmente, desde el comienzo de la narración, pues ésta inicia con la voz de Fortuna dirigiéndose, sin interrupción o intervención por parte de una voz externa a la narración, a su interlocutor(a):
En la cara tengo una marca, una cruz: la p de puta. De prostituta, mejor dicho. Con maquillaje la disimulo, pero ahí sigue. Igual, empieza con p. Aunque no significan lo mismo. Una prostituta es una profesional del amor: te hace show, te baila, te canta, te mama, te chifla, te besa, te mima, te regaña, te escupe, te zangolotea, te barre, te trapea, te sube a las nubes, te da un chingadazo… Todo. Una puta, en cambio, sólo abre las patas […].
(Estrada, 2).
En este pasaje puede observarse la forma en que, desde el inicio, Fortuna es quien se adueña de la palabra sin interrupción alguna para contar su historia, así como marcar claramente la opinión que tiene sobre su oficio como prostituta.
Como se mencionaba anteriormente, es innegable el carácter de Fortuna como narradora principal de la historia, ya que constantemente se adueña de la palabra; un rasgo que Reyes relaciona con el carácter del narrador, ya que es: “[…] dueño de la palabra, habla y es hablado”. (Reyes, 114).
De este modo, el narrador de la historia es aquel que, a lo largo de la narración, se adueña constantemente de la palabra para comentar los hechos narrados.
En diversos pasajes puede apreciarse este carácter de Fortuna como dueña de la palabra; no cita solamente a sus interlocutores; además, puede verse el modo que tiene de dirigirse al narratario: “Yo, como Dios manda. Deja darme un pericazo para seguir platicando”. (Estrada, 4).
De esta forma, el EIL pone de manifiesto que las palabras expresadas por Fortuna no son simplemente pronunciadas, sino que, además, son oídas por alguien, es decir que: “[…] lo que el narrador literario reproduce es el reflejo de un discurso en una conciencia”. (Reyes, 49).
Asimismo, en la novela se ocupa el monologo interior para que sea posible conocer los pensamientos de Fortuna sobre ciertos acontecimientos, los cuales aparecen marcados por comillas para diferenciarlos de la narración principal: “No, ya estuvo bueno de películas de terror. Traigo la mota y todo, no, ya no.”[1] (Estrada 8)
En este caso, el EIL se utiliza para mostrar el miedo de Fortuna ante un posible arresto por posesión de drogas ilegales y, con el uso de las comillas, se pone de manifiesto que se trata de un pensamiento de la protagonista ya que, como menciona Graciela Reyes, el personaje de Fortuna piensa en su propio aquí-ahora mientras los policías la interrogan por sus tarifas en lugar de investigar concretamente si la protagonista porta, efectivamente, drogas ilegales.
Por otro lado, Graciela Reyes comenta que el EIL también puede apreciarse en el momento en que el personaje pone de manifiesto sensaciones mezcladas con pensamientos, y que no siempre es posible distinguir lo que es pensado y lo que es percibido.
En ese sentido, Fortuna expresa una cantidad considerable de sensaciones ante diversos eventos, como lo que experimentó al estar en prisión. No obstante, en el siguiente pasaje puede observarse la forma en que se manifiesta la reproducción de sensaciones mencionada por Graciela Reyes:
Siempre he tenido la sospecha de que mi hermano me violó. Ya me había salido de mi casa y vivía con dos de mis hermanastros. Al mes de haberme ido con el arquitecto amanecí con las piernas húmedas de esperma y con la vagina irritada. Le pregunté a Andrés si él había entrado a mi cuarto; era muy posible que yo no hubiera sentido nada porque tomaba pastillas para dormir.
(Estrada, 47).
De esta forma, podemos ver el modo en que a través del recuerdo Fortuna reproduce la sensación física que experimentó ante uno de sus primeros encuentros sexuales, el cual se desarrolló de un modo poco agradable para ella.
La condición de Fortuna Faik como prostituta la vuelve inmediatamente un sujeto subalterno para la sociedad ya que no deja de ser repudiada, a pesar de que sus servicios como trabajadora del sexo son muy solicitados:
Es difícil mi trabajo, pero seguro y, si lo sabes hacer, bonito. Es cansado, de resistencia y de belleza. La que aguante más es la que más gana. Las 24 horas del día se labora en mi México lindo y querido. Desde las seis de la mañana los guías de turistas y los taxistas se encargan de llevar a los borrachos con las viejas. A veces, a las cuatro de la tarde, en los cabarets, todavía hay clientes del día anterior.
(Estrada, 4).
De este modo, el uso de los monólogos dentro de Virgen de medianoche tiene gran relevancia debido al hecho de que, es a través de ellos que se da a conocer la historia de Fortuna Faik en el mundo de la prostitución.
Además, el recurso del Estilo Indirecto Libre sirve para que, a través de la apropiación de la palabra, Fortuna pueda expresar su forma de sentir, no solo ante el comercio del sexo sino ante la forma de vida en la Ciudad de México, con todas sus vicisitudes.
No puede negarse que a través de la novela de Josefina Estrada son descritas de forma muy realista las condiciones de vida en México durante la segunda mitad del siglo XX, a través de una visión que, si bien no pertenece a un subalterno, hace posible conocer otro rostro de la sociedad de aquella época.
Bibliografía
Bajtín, Mijaíl. Problemas de la poética de Dostoievski. México: 1988, Fondo de Cultura Económica. Documento.
Estrada, Josefina. Virgen de medianoche. México: 1996, Nueva Imagen. Documento.
Reyes, Graciela. «La polifonía de la narración» Polifonía textual. Madrid: 1984, Gredos. 87-179. Documento
Sharpe, Jim «Historia desde abajo» Formas de hacer historia. Madrid. 1996: Alianza Universidad. 38-58. Documento.
Notas
[1] Con comillas en el original.