Resumen

La ‘no violencia’ es un concepto clave en la escuela de pensamiento indio, tanto heterodoxa como ortodoxamente. Casi todos los filósofos y académicos desde el periodo védico hasta el contemporáneo en la India, han aceptado tal término como una obligación moral o un ideal espiritual. Entonces, se podría decir que la ‘no violencia’ o ‘ahimsa’ –como se la denomina en la terminología india– no es una invención de Gandhi. A pesar de que sus referencias se encuentran en los tratados religiosos-filosóficos de la India, Gandhi les ha dado una nueva dimensión.

Con tanta violencia en el mundo actual –desde el comienzo de la civilización humana– la defensa de Gandhi de la ‘no violencia’en todas las esferas de la vida, significa una señal de cordura y existencia ilustrada. Su natalicio –dos de octubre– se celebra como el ‘día mundial de la no violencia’. Este es un concepto clave en el marco intelectual y el aspecto práctico de la vida en su propia historia. Gandhi sostuvo que la verdad y la ‘no violencia’son los dos principios perennes y fundamentales que constituyen la base no solo de toda sociedad, sino de la existencia humana en general.

He dividido el presente artículo en tres apartados. La primera sección la he dedicado para discutir el antiguo concepto indio de la no violencia. La segunda sección se centra básicamente en lo que Gandhi quiere realmente decir con la palabra ‘ahimsa’ o ‘no violencia’. En la sección final se ha observado cómo el enfoque de ‘no violencia’ de Gandhi parece innovador desde el punto de vista tradicional y puede servir como aliciente para la supervivencia humana en el nuevo milenio.

Palabras clave: Ahimsa, satya, satyagraha, amor, valor, daya, anasatki, espiritualismo práctico

Significado de ‘no violencia’ o ‘ahimsa’, en la filosofía india antigua

En esta primera sección, mi intención es buscar el significado antiguo y tradicional de la palabra ‘ahimsa’ o ‘no violencia’. En este contexto, he resaltado la noción de ‘no violencia’ principalmente desde la perspectiva filosófica india.

Ahimsa’ se concibe como lo contrario de ‘himsa’ (violencia). En correspondencia con los pensamientos occidentales de la filosofía, la raíz del significado de la violencia, proviene de la palabra latina ‘violentia’ que significa ‘vehemencia’, una fuerza apasionada e incontrolada contraria a un ejercicio calculado de poder.

La palabra ‘ahimsa’ proviene de la raíz sánscrita ‘hims’, una forma desiderativa del verbo irritar, matar o herir, y se traduce mejor como ‘la ausencia del deseo de matar o dañar’.[1] Según la lexicografía, la palabra ‘ahimsa’ significa ‘no hacer daño’, o en un sentido más estricto, no matar. De un modo más amplio, ésta abarca la inocuidad, la renuncia a la voluntad de matar, la intención de dañar a cualquier ser vivo y la abstención de pensamientos hostiles en palabra y acto.

Ahimsa’o ‘no violencia’ es una de las virtudes cardinales y un concepto multidimensional en el hinduismo, el budismo y el jainismo, de diferentes maneras. Ésta se inspira en la premisa de que todos los seres vivos tienen la luz de la energía espiritual divina dentro de sí. Por lo tanto, herir a cualquier otro ser es hacerse daño a uno mismo.

Ahimsa’ –como concepto ético–, evolucionó en los textos védicos. En algunas de las antiguas escrituras de la India, la palabra ‘ahimsa’ha sido mencionada repetidamente, más no adecuadamente enfatizada. En la era védica tardía; alrededor del 500 a. C., en el himno 10.22.25 en el Rgveda, las dos palabras, ‘satya’ y ‘ahimsa’calibran, en última instancia, en una oración a la deidad Indra[2]. Más adelante en el Yajurveda, el término ‘ahimsa’ha sido usado como el no menoscabo de ‘uno mismo así como los demás’. Posteriormente, apareció varias veces en Shatapahta Brahmana en el sentido de ‘no dañar’. En la cultura brahmánica, esta palabra se ha utilizado para simbolizar el no ‘echar por tierra’. El Chanyoga Upanishad tiene alguna evidencia de ésta en el sentido de ‘no perjudicar a todas las criaturas’. En varios versos, también se ha indicado que, realizando actos no violentos, uno podría redimirse del ciclo de renacimientos.

Acorde a lo expuesto, se reafirma entonces que todas las literaturas védicas han pregonado la idea de que ‘ahimsa’ o ‘no violencia implica la evitación total de dañar a cualquier tipo de criatura viviente, no solo con hechos, sino también con palabras y pensamientos.

La ‘no violencia’ o ‘ahimsa’ en la literatura hindú

Además, en la literatura épica –especialmente en el Mahabharata–‘ahimsa’se considera como una de las virtudes cardinales más altas entre las cinco existentes. En el Mahabharata –principalmente en el Gita– surgen serios dilemas morales respecto al concepto de ‘ahimsa’. Sin embargo, en todos los escenarios, este concepto prevalece sobre las otras virtudes. ‘Ahimsa’ está presente en el Mahabharata para condenar las prácticas crueles, señalar la destructividad de la existencia mundana, y subrayar la santidad de toda vida. En el Mahabharata se afirma que todo lo que se acompaña de la ‘no violencia’(ahimsa), se identifica con el ‘dharma’.

Bishadeclaró que el ‘dharma’ implica la abstención de dañar a las criaturas, así como todo aquello que las sostiene.

En el Arthasastra se hace un análisis crítico para defender el concepto de ‘ahimsa’; ésta se consideraba equivalente al ‘dharma’o la ley moral; era un medio necesario para la ‘moksa’ o ‘salvación’, parte vital de la disciplina espiritual prescrita en la filosofía del yoga.

En el sistema de yoga de Paraniali, se han enfatizado ocho disciplinas para el logro espiritual. La primera disciplina es el ‘yama’o ‘moderación’. Éstaconstaba de cinco ideales morales, siendo el primero la ‘no violencia’, que se toma como la abstención de atentar contra la vida.[3]

Así, las escrituras hindúes hablan clara y contundentemente sobre el ‘no matar’ y el vegetarianismo. Las raíces de no dañar, no matar y no consumir carne se encuentran en los Vedas, Agamas, Dharma sastras, Yoga sutras y otros textos sagrados del hinduismo.

Del Atharvaveda Samhita, se extrae que si hemos dañado el espacio, la tierra, el cielo, o si se ha ofendido a los progenitores, el ‘Agni’ o ‘fuego de la casa’ se encarga de absolver y guiar con seguridad nuevamente al mundo de la bondad.[4]

Además, del Yajur Veda Samhita se desprende que alguien no debe usar el cuerpo dado por Dios para matar a sus criaturas, ya sean humanos, animales o lo que esté dentro de su cosmos[5]. Por lo tanto, todas las divinidades se constituyen en el cuerpo de humanos y no humanos.

En algunos de los sistemas heterodoxos filosóficos indios, la ‘no violencia’ se toma como una obligación moral o como un ideal espiritual. En el jainismo, se acepta que todos los animales, insectos e incluso plantas, poseen alma. Así que le dan suma importancia a la práctica de ‘ahimsa’. No solo no se debe quitar la vida, sino que no se debe siquiera pensar o hablar de dañar al resto de los seres vivos.

Ahimsa’tiene un significado tanto mínimo como máximo, y su interpretación ha oscilado entre los extremos de la insistencia formal y la flexibilidad escolástica. En la tradición jaina, ‘ahimsa’solo puede ser practicada con éxito por un santo que ha renunciado a todas las actividades mundanas. De acuerdo con su posición metafísica, es necesario aceptar cinco votos para llevar una vida de buena conducta. De estos cinco, el requisito más importante es el de ‘no violencia’. Sin embargo, en lo que respecta al budismo, no se menciona a la ‘no violencia’ en las cuatro nobles verdades que componen esta gran doctrina; la forma de vida budista es lo que refleja la importancia de la ‘no violencia’ como valor supremo.

Entonces, ¿cómo comprender el concepto de ‘no violencia’ o ‘ahimsa’?

En las tradiciones religiosas y filosóficas de la India, la ‘no violencia’es considerada como un ideal moral de vida en diferentes términos y formas. En este sentido, vale la pena distinguir la ‘no violencia’física de la ‘no violencia’ mental. La abstención de lesiones físicas o dolor tiene prioridad en el Jainismo. Esto puede tomarse como ‘no violencia’ física. Pero en el Yoga y en el Budismo, la forma mental de la ‘no violencia’ tiene prioridad sobre la abstención física de lastimar.

La palabra védica ‘rta’, ‘ley cósmica’ o ‘dharma’, se identifica con las palabras ‘saya’ y ‘ahimsawich’, que gobiernan y determinan la conducta humana.

Se ha observado que Gandhi derivó sus presupuestos metafísicos del concepto de la ‘no violencia’ del pensamiento hindú y budista, pero su punto de vista psicológico y ético fue muy peculiar. En la siguiente sección, se esbozará parte de las discusiones que se han realizado sobre el concepto de ‘no violencia’ de acuerdo con la perspectiva de Gandhi, y hasta qué punto su idea de la ‘no violencia’ puede volverse innovadora para el mundo moderno.

Sobre la filosofía ética y política de Gandhi

Gandhi citó al Mahabharata como bastión para respaldar su opinión acerca del ‘dharma’, no siendo esta opinión quedarse en la mera observancia de cosas externas, sino más bien, tomar el camino puro de la verdad y la ‘no violencia’. Mahatma Gandhi sostuvo que la verdad y la ‘no violencia’ son los dos principios perennes y fundamentales que no son solo los cimientos de la sociedad india, sino también los de toda la existencia humana.

Aunque Gandhi consideraba a la ‘satya’ o ‘verdad’ como el valor, principio y precepto más importante, su nombre era comúnmente identificado con el concepto de ‘ahimsa’ o ‘no violencia’. En su sistema, Gandhi presentaba a la ‘satya’ como el fin y ‘ahimsa’ como el medio. Explicó también que los ideales absolutos de ‘ahimsa’ y ‘satya’ son intercambiables como medios y fines.

Se ha referido a Gandhi como uno de los pocos que serán recordados por dejar el sello indeleble de una idea para una época. Esa idea es la ‘no violencia’[6]. Mientras que los éticos y filósofos tradicionales predicaban la ‘no violencia’ como una virtud moral cardinal, los filósofos políticos generalmente se han concentrado en la justificación de la fuerza y el ejercicio del poder. En este contexto, la pregunta es: ¿Estaba Gandhi simplemente ciego ante el abismo permanente entre los ideales morales y los hechos sociales al creer que ‘ahimsa’ es un instrumento político y una meta social que puede tener relevancia y aplicación inmediatas? O, ¿fue Gandhi un pacifista dogmático que no pudo comprender la naturaleza real de los conflictos sociales y políticos?

Si bien es factible plantarse ciertas cuestiones, es indudable que al ideólogo se le ha malinterpretado mucho, y esto es sólo porque se ha prestado más atención a sus actividades políticas que a sus innumerables intentos de formular, clarificar y matizar la doctrina del ‘ahimsa’. Aunque sus declaraciones sobre el ‘ahimsa’ en diferentes momentos no estuvieron libres de ambigüedades e inconsistencias, desarrolló una cierta doctrina complexa y comunicativa para cada indio, haciéndoles entender que éste era el único instrumento por el cual uno puede cultivar la espiritualidad.

Gandhi es notable en la historia de la espiritualidad india al enfatizar la importancia de lo económico, afirmando que una persona verdaderamente moral y espiritual debe centrarse en las dimensiones económicas y políticas de la existencia humana.

El espiritualismo práctico de Gandhi nació como un ideal, donde las dicotomías como el individuo y la sociedad, pueden relacionarse no como parte de un todo, sino como un reflejo propio de cada uno. La no violencia, entendida por Gandhi, expresa uno de esos ideales. Esto funciona no solo a nivel del individuo, sino que también se aplica a los problemas sociales. Ayuda para resolver conflictos, ya que auxilia en la construcción del individuo, su carácter y comprensión.

Así, la ‘no violencia’ se convierte en el principio central de la ética Gandhiana, precisamente en un modo de acción directa para resolver problemas sociales y políticos.

Ahora bien, ¿cuál era el verdadero significado de la ‘no violencia’ según Gandhi? Éste sostenía que mientras que ‘himsa’o ‘violencia’ representaba ‘una intención de dañar’, la ‘no violencia’ era un ‘no causar dolor’ o ‘no tomar una forma de vida por ira con un propósito egoísta o con la intención de lastimarla’. Gandhi ha utilizado estos dos conceptos como valores y modos de acción. El dirigente creía firmemente que la práctica de la ‘no violencia’ era superior a los actos violentos, ya que ésta instituía una plataforma para resolver afirmaciones de verdad, mientras que la violencia dejaba poco espacio para probar la verdad de las afirmaciones opuestas.

Gandhi ubicó su concepto de ‘no violencia’ en un nivel teórico y práctico. Según Gandhi, ‘ahimsa’ es el amor, la energía que limpia el interior y lo eleva. Como tal, incluye sentimientos como la benevolencia, la compasión, el perdón, la tolerancia, la generosidad, la bondad, la simpatía, etc. Acorde a Gandhi, la ‘no violencia’ es intrínseca a todos los seres humanos, mientras que la violencia es perteneciente a una naturaleza adventicia, impulsada por la condición externa.

Para Gandhi, los seres humanos somos esencialmente morales, amorosos y no violentos, pero continuamente impulsados a explotar a otros y participar en la violencia por las condiciones existenciales del apetito físico descontrolado, así como el desarrollo de un ego falso ingénito a nosotros mismos. Esto, sumado a sus deseos, anhelos y frustraciones concomitantes, mantiene a la humanidad en un sesgo y distorsiona continuamente la verdad. El ego es el agente de autorreferencia, asiento de identidad y fuente de conflicto.

Gandhi sostuvo que la ‘no violencia’ no es simplemente la supresión de la violencia, sino una fuerza positiva que nace del amor y la compasión por los demás. Implica una estricta adhesión a la verdad. Solo tal fuerza puede provocar la transformación mágica del adversario para darse cuenta de la verdad y actuar de manera altruista. Tal transformación produce en el adversario ‘satyagraha’ en el sentido fuerte, lo que implica la práctica de la ‘no violencia’, a diferencia de simplemente abstenerse de ésta. ‘Satyagraha’ literalmente significa un ‘apego a la verdad’. En la práctica, era una acción pacifica que servía como un mecanismo de resolución de conflictos. Ésta se daba a nivel grupal e intragrupal, así como entre Estados, o entre un Estado y sus ciudadanos.

Este principio central implicaba el compromiso espiritual de buscar la verdad en todos los aspectos de la vida. Esta búsqueda en sí misma era la práctica de la no violencia, que consistía en derramar amor y compasión sobre los demás y sufrir apaciblemente las propias desgracias. Gandhi no prescribió ninguna regla o teoría a seguir. Enfatizó repetidamente que sus técnicas eran esencialmente de carácter experimental.

En este contexto, se observa que su concepto de ‘no violencia’ era coherente con el núcleo mismo de la aspiración humana, que era la realización espiritual del verdadero yo.

Ya en 1916, Gandhi distinguió entre los dos significados –negativo y positivo– de ‘ahimsa’.

En su forma negativa, significa no dañar a ningún ser vivo, ya sea a nivel corporal o mental. Está prohibido, por lo tanto, lastimar a las personas, tener mala voluntad y causar así algún sufrimiento mental, incluso en un malhechor. Esta declaración de Gandhi no comprendía los sufrimientos causados por actos naturales que no procedan de la mala voluntad. La ‘no violencia’ o ‘ahimsa’, vista así, necesitaba de un ‘no herir’ deliberadamente al supuesto malhechor.[7]

 En su forma positiva, ‘ahimsa’ simboliza el amor más grande, la caridad más noble. Si uno se dice seguidor de ‘ahimsa’, debe amar al enemigo o a un extraño como lo haría con un padre o un hijo. Esta ‘ahimsa’ activa incluía necesariamente la verdad y la intrepidez.[8]

Así, Gandhi fue más allá del significado tradicional de ‘ahimsa’. El principio de esta ‘no violencia’ se esgrimía como ‘todo lo contrario al daño ocasionado por los malos pensamientos, por la prisa indebida, la mentira, el odio, los malos deseos y el apego a lo mundano’.[9]

Sin embargo, la fe de Gandhi en la ‘no violencia’ se basaba en la suposición de que todos los hombres son inherentemente buenos y que el mal presente en nosotros es el producto de un sistema o un conjunto de circunstancias. Positivamente, la ‘no violencia’ para Gandhi significaba un amor puro; presuponía altruismo, completo desinterés y libertad de pasiones. Incluso el amar al contendiente, suponía su conquista. Involucraba una completa autopurificación y una completa ausencia de odio hacia cualquier ser vivo.

Sin embargo, aunque ‘ahimsa’ se considera una virtud desde los tiempos védicos, Gandhi acentuó su dimensión experimental y activista para convertirlo en un potente instrumento espiritual para ser practicado en el ambiente contemporáneo.

Así, la innovación de Gandhi con respecto a ‘ahimsa’ consistía en una especie de transmutación. Partía de una virtud individual –consistente en la abstención pasiva de aquellos actos que podían suponer un perjuicio para los demás–, en un modo de acción social que suscitaba la participación de todos aquellos que se suscribían a una causa para resistir la violencia y decidían invocar a la transformación espiritual.

Esto fue posible gracias a la actitud espiritual de Gandhi respecto a la falsedad de la dicotomía entre el individuo y la sociedad.

La ‘no violencia’ como modo de acción social tenía, por lo tanto, dos funciones esenciales: promover la comunicación y el acuerdo para tomar decisiones comunes, y traducir esas decisiones en acciones a través de la participación cooperativa y el compartir. Por lo tanto, a pesar de la marcada ausencia de una identidad física y psicológica a nivel global, Gandhi logró unificar a las masas por su visión de la comunidad espiritual.

Gandhi incluyo en ‘ahimsa’ todas las virtudes morales, logrando equipararla con el perdón, el amor, la caridad, el desinterés, la valentía, la fuerza, el desapego y la inocencia.

De manera similar, dilató el termino ‘himsa’ o ‘violencia’ mucho más allá de su uso ordinario, para incluir engaños, falsedades, intrigas y artimañas.[10]

Además, Gandhi usó la palabra ‘ahimsa’ para distinguirla de ‘daya’, ‘anasakti’ o altruismo. ‘Ahimsa’ implicaba la incapacidad de seguir presenciando el dolor de otro y la capacidad de hacer surgir en uno la misericordia, el heroísmo y todas las demás virtudes asociadas con la ‘no violencia’.

A Gandhi no le gustaba traducir ‘ahimsa’ como ‘amor’ en su sentido más directo, ya que su transcripción en inglés acarreaba otras connotaciones. Éste prefería utilizar la palabra ‘caridad’, ya que implica la piedad por el malhechor.

Ahimsa’ incluía a toda la creación y no reducía a la creación a la unicidad de los seres humanos.

Aunque Gandhi prefirió usar una palabra negativa como ‘no violencia’, la consideró como una potencia positiva superior a todas las demás fuerzas del universo.

Ahimsa’ llegó a ser, en la visión de Gandhi, un paralelismo con el amor divino en el sentido de la unidad con el todo. Rabindranath Tagore observaba con acierto el pensamiento de Gandhi: ‘Él aconsejaba a sus seguidores a que aborrezcan el mal, sin aborrecer al malhechor’.[11]

La verdad y la ‘no violencia’ como filosofía de la acción política en el pensamiento de Gandhi

¿Dónde se sitúa entonces la filosofía de Gandhi en el mundo actual? En realidad su filosofía es inclusiva en el sentido de que supera todas las dicotomías, como el otro y el yo, lo secular y lo sagrado, lo gobernante y lo gobernado. En su pensamiento, el subjetivismo y el objetivismo, la tradición y la modernidad, la competencia y la cooperación, la ciencia y la religión, la razón y la experiencia y lo moral y lo mundano; encuentran una mezcla armoniosa, holística. Sin perturbar el equilibrio social, Gandhi añadió una nueva dimensión de participación cooperativa en la acción social basada en la libertad individual, y esto abrió una nueva perspectiva de los valores emergentes. Buscó aclarar sus ideas sobre la ‘no violencia’ en faena. Filosóficamente, se preocupó por relacionar el pensamiento y acción en el contexto problemático y por interpretar la verdad en términos de consecuencias.

La concepción de la ‘no violencia’ gandhiana comprendía tres dimensiones diferentes que no se desconocían mutuamente. Estas son las dimensiones metafísica, moral y motivacional, las cuales que se relacionaban entre sí.

A nivel metafísico, Gandhi concibió la naturaleza humana formada por la triada del cuerpo, la mente y el espíritu. La realización de lo espiritual en los seres humanos era la meta de toda búsqueda, el producto de un estado de verdadera libertad y perfección.

En el campo moral, la ‘no violencia’ era el imperativo que debía guiar toda conducta para poder así revelar la naturaleza espiritual. En cuanto a la motivación, la ‘no violencia’ era la fuerza impulsora para la realización de lo espiritual en nuestro ser y para nuestro devenir.

Los conflictos actuales a los que se enfrentan los diferentes países, así como los disturbios mundiales, se deben en gran medida a las continuas crisis de identidad precipitadas por los acontecimientos que han superado a los recursos humanos para contenerlos. El crecimiento de la ciencia y la tecnología, la expansión de la industrialización, la democratización en el siglo pasado, la globalización y la revolución de las comunicaciones en el presente son algunos de los rápidos cambios que nuestras sociedades no han podido digerir y ajustar. En lugar de la codicia y el odio individual, necesitamos valores de compasión y altruismo. En nuestro pensamiento y acción, debemos ir más allá de la simple observación y el pensamiento racional. De hecho, existe una necesidad de cambio paradigmático para comprender quiénes somos y dónde se encuentra nuestro destino colectivo.

En la filosofía integradora de Gandhi, conceptos cruciales como la violencia y la ‘no violencia’ son inclusivos. La violencia, por ejemplo, no se limita al ímpetu físico de lastimar a alguien. Existe una violencia en el pensamiento, en la palabra y en la acción.

En opinión de Gandhi, cualquier acto, pensamiento o palabra tendiente al conflicto puede ser equiparable a un acto de violencia. La ‘no violencia’, por el contrario, contiene y no genera controversias.

Conclusión

Por lo tanto, la ‘no violencia’ era el medio ideal para la resolución de conflictos. Desde la perspectiva gandhiana, era posible aplicar la no violencia y la fuerza de la verdad para convertir al oponente. Satyagraha, por ser la práctica de la ‘no violencia’, transforma no solo a la persona que la practica, sino también a los involucrados en ambos bandos. Tal adhesión a la verdad es como la práctica del Yoga, ya que ésta implica una interacción psicofísica interpersonal. La investigación psicológica moderna proporciona cierto apoyo empírico a esta posibilidad, que debe probarse en el campo para confirmar las implicaciones de satyagraha como fuerza espiritual. Gandhi nunca intentó una presentación sistemática y una formulación teórica coherente de satyagraha, limitándose a sus posibles aplicaciones prácticas. A partir de lo anterior, considero que la mejor práctica del satyagraha es similar a lo que plantea el Yoga de Patanajli.

Las similitudes entre el Yoga de Patanajli y el satyagraha de Gandhi son notablemente llamativas. El estado de samadhi es de alguna manera similar al concepto de ‘no violencia’ de Gandhi. Satyagraha no era un mero conjunto de prácticas, sino un estado mental terminado mediante ciertas prácticas de ‘no violencia’. Era como un estado de samadhi del Yoga Sutra, donde el sujeto y el objeto, el saber y el ser, se entremezclan armoniosamente.

Sin embargo, la filosofía de la ‘no violencia’ de Gandhi no puede ser tomada simplemente como una filosofía de la virtud que se deba cultivar, sino que, de alguna manera, se le puede asignar el carácter de una filosofía espiritual pragmática en la medida en que concibe una fuerza espiritual para lograr una transformación necesaria central en el individuo, como también dentro de toda la sociedad.

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Notas

[1] Dhadda, Siddharaj, La alternativa de Gandhi, (Varanasi: Sena Sera Slush Ptak:ashen, 1997).

[2] Asmetata Indra Santu Satyahimsantirupasprsah , Rgveda  10.22.25, RgVedaSamita, con el comentario de Sayanacarya, ed. Max Muller.F (Varanasi: Chowkhanaba Sanskrit Series, 1966), Volumen I.

[3] Radhakrishnan. S, Filosofía india. (Nueva Delhi: Oxford University Press, 2008), Vol-2,325.

[4] Atharva Veda Samhita 6.120.1.VE.636, trans Dr. Rengarajan, T, Diccionario Veda, (Delhi: Enlazadores de libros orientales, 2004), 137-138.

[5] Yajur  Veda Samhita, 12.3215 90 , ibid , 137-138.

[6] Edward Thompson en Mahanna Gandhi: Ensayos y Reflexiones, 2°1 edición, ed. Radhakrishnan.S, (Londres: Allen & Unwin, 1949), 298.

[7] Gandhi MK. “Ahimsa”. La revisión moderna, (octubre de 1916), 282-286.

[8] Gandhi MK., “Ahimsa” (Yeravda Mandir, Navajivan Trust, 1932).

[9] Gandhi MK. “Ahimsa” Harijan, (periódico semanal) (Navajivan Trust, 1939).

[10] Gandhi MK., India joven, (periódico semanal), (Navajivan Trust, Agosto de 1939).

[11] Gandhi MK., India joven, (periódico semanal), (Navajivan Trust, Agosto de 1939).