Parkour, el arte detrás del ser. Ser fuerte para ser útil

Parkour

Nosotros queremos mostrar a las personas de la ciudad que la raza humana puede llevar a cabo su aventura manteniendo viva la naturaleza.

Ailton Krenak.

¿En qué momento trepar un árbol se convirtió en un acto inmoral e inmaduro? ¿En qué punto el sedentarismo físico se volvió la nueva “naturaleza” humana? ¿Por qué la imaginación y la creatividad se convirtieron en conceptos desarraigados del pensamiento humano?

Estos cuestionamientos parecen carecer de una aplicación útil, teniendo en cuenta el entorno en el que nos desarrollamos día con día. Hemos aprendido a “vivir” en un sistema que busca mantener una rutina, induciendo en nosotros pensamientos de individualidad y egoísmo; formando seres con una mentalidad tan sesgada que automáticamente invitan a racionalizar que no hay más alternativas que la primera que se viene a la cabeza.

Si fuera esta “nueva” naturaleza humana la que hubiera regido por los últimos millones de años, probablemente la humanidad seguiría moviéndose entre las cavernas. La adaptabilidad y nuestra habilidad de resolver problemas “sencillos” fue lo que nos salvó de la extinción.

¡No! este es un bolígrafo y solo sirve para escribir, pero, ¿qué pasaría si intento abrir esta carta con él?

El Parkour es el método de entrenamiento que le permite al practicante sobrepasar obstáculos de una manera segura y eficiente, ya sea en un medio urbano o rural, buscando entrenar la autonomía, la consciencia y la capacidad del practicante, permitiéndole reaccionar ante situaciones que exigen un grado de entrenamiento pertinente. El ser humano está “diseñado” para poder encontrar diferentes respuestas a una sola cuestión, evitando riesgos.

Breve historia del parkour

Todo comenzó a finales de los 80’s en Francia, a las afueras de París, cuando un grupo de jóvenes entrenados por Raymond Belle, decidió transformar un entrenamiento basado en el Método Natural de George Hébert, adaptando el modelo a un entorno urbano, así como rural. Dicho método de entrenamiento (método natural) fue usado como forma de adiestramiento para los soldados en Vietnam.

Raymond Belle era un militar francés, cuyo entrenamiento estaba basado principalmente en el desarrollo de maneras útiles de desplazamiento y acción en un ambiente natural.

Lo que podía parecer un juego de niños más tarde se convirtió en una disciplina con un método de entrenamiento propio; esos jóvenes que iniciaron en el movimiento pronto formaron un grupo llamado por ellos mismos “Yamakasi” que proviene del lingala y significa:

“Cuerpo fuerte, espíritu fuerte, persona fuerte”.

Pero más allá de la historia y el conocimiento general de esta disciplina, lo que de verdad nos importa es la filosofía que, junto con la práctica, estuvo presente desde el primer momento en el que el hombre comenzó a moverse para sobrevivir.

Más allá del origen, método natural…

Muchas veces cuando hablamos sobre Parkour se vienen a la mente grandes saltos, acrobacias imposibles y movimientos peligrosos. Pero son pocas las personas que de verdad saben lo que hay detrás de todas esas ejecuciones, porque sin un cuerpo y una mente fuertes no serían posibles tales movimientos.

Cuando George Hébert observó a los indígenas africanos en su entorno natural, se sorprendió por sus habilidades. Decidió crear un método de entrenamiento que consistiera en: equilibrio, saltar, correr, escalar, etc.

Los indígenas africanos no escalan o corren porque sea un método de entrenamiento, ellos lo hacen de esta manera porque se trata de una forma de vida, la supervivencia de toda la “tribu” depende de estas habilidades. Entonces, ¿es posible que un solo concepto abarque dos aspectos diferentes?

Aunque se trate de un simple “método” de entrenamiento también lleva implícita una filosofía, no sólo se trata de saltar y correr por todas partes desarrollando el propio cuerpo por medio de estas actividades, el 50% de esto sólo es el aspecto físico.

¿Qué pasa con el otro 50%?

Es en este punto donde el “entrenamiento” se mezcla con la filosofía que rige a esos indígenas africanos. El altruismo y la supervivencia son los factores clave dentro de este proceso, representando de tal manera el 50% complementario. Son principios que hay que aclarar al momento de entender el significado y la utilidad del Parkour. 

Parkour, nada más

El Parkour puede ser descrito como una filosofía, un deporte, una disciplina o incluso como un pasatiempo. Tiene la capacidad de adoptar muchas “formas” dependiendo de la capacidad de abstracción del practicante, pero la mayoría llega a la misma conclusión:

“El Parkour es una herramienta”.

Las herramientas son dispositivos que nos facilitan una determinada tarea. ¿Cómo nos puede servir de algo tener la capacidad de efectuar grandes saltos? Muchas personas sólo ven dichos saltos como un deporte extremo más.

Es aquí de donde podemos partir para poder darle un enfoque un poco más detallado a esa esencia que se esconde tímidamente detrás de un salto que una cámara logró capturar.

Observamos un salto que no dura más de dos segundos, pero no es eso lo que debería importar, los meses de preparación deberían ser los protagonistas de todas estas nuevas “hazañas”. Esas rutinas de acondicionamiento físico, esas series de sentadillas y abdominales, esas carreras que a pesar de no sentir las piernas se realizan porque ya se tiene un objetivo en mente… lo único que se busca es ser más fuerte para poder soportar el grado de exigencia que presente nuestro nuevo objetivo, sólo eso. No nos lanzamos hacia lo desconocido, tampoco intentamos el primer salto “desafiante” que acabamos de encontrar en el nuevo parque que descubrimos. Todo se trata de un proceso, muchas veces largo y extenuante; al final lo que de verdad importa no fue realizar el gran salto que nos provocaba ese vacío en el estomago, sino la certeza de que después de dicho proceso el practicante ha podido crecer personalmente y darse la oportunidad de descubrir un poco más sobre “él” mismo.

En este punto debemos de recordar sobre qué está “cimentado” el Parkour y por lo tanto tener presente uno de sus objetivos más importantes: formar un individuo útil, capaz y consciente.

Pero ahora se presenta otro aspecto interesante del Parkour que igual a todo lo mencionado previamente queda implícito dentro esta ramificación de conceptos. En la disciplina se muestra un lema muy conocido entre todos los practicantes:

“Ser y durar”.

Esta frase abarca cada pequeño aspecto relacionado con la disciplina en el campo físico y psicológico, cada posible movimiento, cada acción que realice el practicante, que deberá tener un propósito preestablecido de acuerdo a la meta fijada.

¿Por qué prepararse para un salto cuando te puedes preparar para la vida?

El Parkour no es algo que dure lo que te tardas en prepararte para un salto, no dura lo que aguantas en un entrenamiento, tampoco es algo que dure sólo unos momentos. Muchas veces se ha mencionado que el descanso también forma parte del ejercicio, y el Parkour no es la excepción, al contrario, lo que más importa antes que cualquier otra cosa es saber “escuchar” al cuerpo. La única diferencia entre nuestra disciplina y cualquier otro deporte, es que el Parkour no termina cuando regresamos a casa agotados, y eso es algo significativo. El “entrenamiento” se encuentra presente en cada momento, desde cómo realizamos una recepción de altura hasta la manera en la que tratamos a las personas. El Parkour tiene la “habilidad” de encontrar relación en cada situación que se nos presente; es entonces cuando buscamos una fortaleza tanto física como mental, no para ser más fuertes que alguien, sino más bien para ser útiles a los demás; entrenar esa fortaleza que te permitirá cargar a tu nieto cuando esté cansado. Resumiendo todas estas descripciones en otro de los lemas característicos de la disciplina:

“Ser fuerte para ser útil”. 

El arte en su expresión “física”

Conocemos como “arte” una expresión estética, pero al mismo tiempo es un elemento importante de la cultura, subjetivo por el observador al que es sometido.

¿Es el Parkour una expresión cultural sin arte o simplemente es un arte independiente a la percepción del ser culto?

Pero así podemos quedar vacíos de todas la cosas “malas” que provocan un desorden en nosotros; la música o la pintura tienen la capacidad de devolver al individuo un estado de equilibrio armónico, y ambos son considerados como un tipo de arte. El Parkour, independiente de todos los aspectos físicos, enseña a encontrar ese “balance” de nuevo. Son tantos los factores que intervienen en la practica de esta disciplina que resultaría complicado citar todos. Cada uno tiene la capacidad de provocar en el practicante diferentes sensaciones que pueden derivar en lo mismo, asimilando así, un desenlace cognitivo similar al de una pieza musical. Conocido también como “el arte del desplazamiento” resulta interesante analizar dicha disciplina desde un punto de vista filosófico, es decir, más allá del simple movimiento.

Originalmente desarrollado sobre la eficacia y la simplicidad, el Parkour ha adoptado muchos “aspectos” completamente diferentes o contrarios a la idea original, creciendo junto con el número de nuevos practicantes y por consecuencia dando la oportunidad de interpretar la disciplina de muchas maneras que se alejan del origen. 

El origen es el arte, el arte es la esencia, y la esencia del Parkour es “salvaje”. Ese ente incorpóreo con el que se topa cada nuevo practicante, ansioso por explorar el nuevo mundo que acaba de descubrir. A medida que se crece, los valores dentro de esta disciplina se vuelven más fuertes, y junto con ellos los individuos, notando que el Parkour no sólo tiene movimientos nuevos por ofrecer, pasando de ser un deporte para transformase en una forma de vida.

¿Por qué se conservan las esculturas, los monumentos o las pinturas?

¿Por qué no conservar la ideología, los principios y los valores originales del Parkour?

Lo que encontramos hoy son saltos arriesgados que exponen la integridad del practicante, sólo para lograr mayores “vistas” en su nuevo video; no son más que intentos para “comercializar” el Parkour. Por tener reglas, otros deportes no corren el riesgo de ser “desvirtuados”, pues en el Parkour la interpretación individual es lo que puede encaminar al individuo a la superación o la competencia.

El Parkour tiene una infinidad de perspectivas, pero al mismo tiempo no hay nada más simple que el Parkour; el cuerpo como tal es increíble y por lo tanto una obra de arte en movimiento; el Parkour no es más de lo que queramos que sea; no hay nada más sencillo que caminar o saltar, sólo tenemos que movernos, pero no cualquiera se inclina por esa opción.

– No saltamos porque estemos locos.

– Entrenamos para reaccionar ante situaciones que lo requieran.

– ¿Por qué nos movemos?

– Porque es nuestra naturaleza.

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