Biografía de Charles Bukowski

biografía de C. Bukowski

Infancia

Heinrich Karl Bukowski, hoy conocido como Charles Bukowski, nació en una ciudad provincial de Alemania, llamada Andernach, el 16 de agosto de 1920. Su madre, Katharina Fett, era oriunda de allí, mientras que su padre, Henry Bukowski, era un soldado estadounidense que permaneció en Europa al terminar la primera guerra mundial. En 1919, Katharina y Henry habían comenzado una relación amorosa que los llevaría al matrimonio, sólo unos meses antes del nacimiento de su hijo. Sin embargo, dada la precariedad económica de Alemania después de la guerra, en 1922 la joven pareja y su bebé se vieron en la necesidad de migrar a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades, radicando inicialmente en Baltimore y poco después en Los Ángeles, California, donde permanecerían el resto de sus vidas. Una vez en Norteamérica, los Bukowski decidieron cambiar el nombre del pequeño Heinrich Karl, por Henry Charles, con el fin de que se adaptara mejor a su nueva patria, y así se originó la identidad de quien sería mundialmente conocido como, Charles Bukowski, representante del realismo sucio en la literatura.

La infancia de Charles Bukowski en Los Ángeles no fue fácil. Siendo migrantes durante la depresión económica de los años 20s, él y su familia vivieron con ingresos bajos en un barrio marginal y violento, donde los otros niños no eran muy amistosos. Además, el padre de Charles solía golpearlo casi por cualquier motivo, incluido el hecho de que su hijo disfrutaba leer y escribir; el viejo Henry consideraba que la inclinación de su hijo hacia las letras era algo inútil e improductivo, por lo cual llegó a quemar los primeros cuadernos de Charles, hecho que, aunado a las palizas que recibía, causó profundas marcas psicológicas en el futuro escritor.

Juventud

Al llegar a la adolescencia, el de por sí solitario Bukowski se volvió aún más retraído por un increíble cuadro de acné que cubrió totalmente su rostro, pecho y espalda. Los médicos del hospital público de Los Ángeles, a donde acudió buscando una cura, llegaron a decir que nunca vieron a un chico con tanto acné, luego sometiéndolo a dolorosos tratamientos de punción que sólo agravaron su caso. Finalmente, Charles abandonaría el hospital cubierto de vendas, cual momia, para recuperarse en casa. En ese punto, las relaciones sociales definitivamente no eran su fuerte, pero por suerte para él, por entonces ya había descubierto la biblioteca pública de Los Ángeles, donde solía pasar muchas horas leyendo a grandes autores, como, Ernest Hemingway, D. H. Lawrence, Henry Miller y J. D. Salinger.

En 1937, teniendo 17 años, Bukowski ingresó a la carrera en Arte, Periodismo y Literatura en la Universidad Pública de Los Ángeles, pero, debido a la tormentosa relación que aún sostenía con su padre y a su descubrimiento de la bebida, de la cual se volvería un eterno dependiente, abandonó sus estudios dos años después, en 1939. A partir de ese momento, se dedicaría a viajar por todo Estados Unidos desempeñando múltiples trabajos en restaurantes y fábricas, siempre procurando tener algún tiempo para escribir mientras vivía en las pensiones más económicas, donde sus infaltables compañeras de habitación eran las ratas y las cucarachas.

Continuaría viviendo y escribiendo así hasta sus 24 años, en 1944, cuando el FBI lo aprehendió en Nueva York por evadir su obligación de ir como soldado a la segunda guerra mundial. Pero Bukowski reprobó el examen psicológico del ejército y fue liberado nuevamente. Por esa época, había enviado su trabajo literario a diversas revistas, aunque siempre fue rechazado; sin embargo, en 1944, la prestigiosa Story Magazine aceptó y publicó el primer relato de Bukowski que conocería el público estadounidense: “Secuelas de una larguísima nota de rechazo”. Con esta narración, el incipiente escritor logró captar la atención de un importante agente literario neoyorquino, quien se puso en contacto con él, ofreciendo representarlo para hacer despegar su carrera. Sorprendentemente, Bukowski dijo que no se encontraba en el nivel adecuado aún, y rechazó aquella oportunidad, entregándose a una borrachera de 10 años durante los cuales abandonó por completo la escritura. 

Madurez

Se dice que la década en que Bukowski no escribió, aproximadamente de 1945 a 1955, conforma el núcleo experiencial que nutriría la literatura que iba a realizar en el futuro. En esos años continuó viajando por Estados Unidos, aún realizando trabajos menores, habitando las peores pensiones y teniendo las amistades y romances más sórdidos, como su relación con Jane Cooney Baker: una viuda 11 años mayor que él, quien moriría por causa de una congestión alcohólica, dejando a Charles con el corazón roto. En 1955, Bukowski llegó a beber tanto que se provocó una úlcera estomacal que lo mandó al hospital y casi le cuesta la vida. Una vez fuera de la sala de urgencias, los doctores le dijeron que otro trago lo mataría, de manera que tuvo que abandonar la bebida subrepticiamente. Esto último no le resultó sencillo, pero intentó controlar sus ansias mediante dos actividades que actualmente todos asociamos con su figura: ir a las carreras de caballos y escribir poesía. A pesar de esto, meses más tarde volvería a beber diciendo que el diagnóstico de los doctores fue exagerado, y así continuó hasta los 73 años. Por otro lado, quizá retomar la literatura contribuyó a estabilizar su salud, porque tampoco dejaría esa actividad hasta el fin de sus días.

Como resultado de su escritura de mediados de los 50s, teniendo alrededor de 35 años, la revista The Outsider publicó varios de sus poemas y de ese modo llegó a tener contacto con la poetisa y escritora, Bárbara Frye, con quien contrajo matrimonio en 1957, divorciándose de ella dos años después, en 1959. Bárbara diría que era un mal poeta, pero esto sólo provocó que Bukowski escribiera más versos.

De 1960 a 1970, Charles volvió a ocupar un puesto en el servicio postal de Estados Unidos, para el cual ya había trabajado un poco durante su peregrinar por distintas labores de la década anterior. Aparte de la literatura, ésta sería la ocupación más prolongada que realizaría Bukowski, pero iba a abandonarla definitivamente al inicio de los 70s, cuando el fundador de la editorial Black Sparrow Press, John Martin, ofreció pagarle un sueldo mensual de 100 dólares, por el resto de su vida, a cambio de su trabajo literario. Martin había conocido el estilo de Bukowski a través de un par de revistas clandestinas para las cuales aquél había colaborado (mientras era cartero) con una columna de ficción autobiográfica, titulada: “Escritos de un viejo indecente”. Esas revistas de literatura independiente eran la Open City y Los Ángeles Free Press, mismas que se caracterizaron por presentar escritores a los que no importaba mostrar el lado más sórdido de la ciudad (entre los cuales Bukowski destacó durante tres años, de 1967 y 1970), hasta que fueron clausuradas a causa de las constantes multas que les eran impuestas por sus faltas a la moral. No obstante, a pesar del fin de aquella subterránea columna, John Martin ya era un fan bukowskiano, así que por ello quiso que Charles redactara para la Black Sparrow Press, y Bukowski aceptó su oferta.

En 1985, cuando contrajo matrimonio con la joven restaurantera, Linda Lee Beighle, quien sería su esposa hasta el final, Charles Bukowski ya había publicado cuatro novelas: Cartero (1971), Factotum (1975), Mujeres (1978) y La senda del perdedor (1982), así como varios libros de relatos y poemas, siempre mediante la Black Sparrow Press, a la cual fue fiel durante la mayor parte de su ascendente carrera.

Al morir por leucemia, el 9 de marzo de 1994, Bukowski había publicado más de 50 libros, habiendo adquirido gran fama, fortuna y reconocimiento internacional.

Aportes de Charles Bukowski a la literatura

Igual que J. D. Salinger, John Fante, O. Henry, Chuck Palahniuk y Raymond Carver, entre otros grandes escritores que consolidaron el subgénero literario llamado realismo sucio, Charles Bukowski es un autor que se distingue por narrar sin pretensiones ni adornos, siempre dispuesto a contar su encuentro con los personajes más comunes, que igual pueden ser los más crudos y brutales del plano urbano del siglo XX.

Seguramente, entre los escritores mencionados el que ocupa más anaqueles en tu librería de la esquina, es Bukowski, por el motivo que sea, ¡y cuántos lectores ha generado! Su honestidad al retratar la decadencia del sueño americano influenció a la generación beat, y aún hoy empatiza con los nuevos lectores. Sus temas resultan interesantes a quien gusta de la ficción autobiográfica, sucia y realista, así como de la ciencia ficción, el erotismo y hasta de la ficción criminal. Y aunque en Latinoamérica es más conocido por su prosa, en Europa y Estados Unidos, Bukowski trascendió principalmente en el ámbito de la poesía, pues compuso más de mil poemas, destacando sus compilaciones: Los días corren como caballos salvajes, de 1969, y El amor es un perro del infierno, de 1977.  

Obras destacadas de Charles Bukowski

Novelas

(1971) Cartero                                                                    

(1975) Factotum                                                                

(1978) Mujeres                                                                   

(1982) La senda del perdedor                                       

(1989) Hollywood                                                              

(1994) Pulp

Libros de cuentos

(1969) Escritos de un viejo indecente                               

(1972) Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones                

(1973) Se busca mujer                                                        

(1977) La máquina de follar                                              

(1983) Música de cañerías                                                

(1990) Hijo de satanás

(2015) Las campanas no doblan por nadie

Libros de poemas

(1965) Crucifijo en una mano muerta

(1969) Los días corren como caballos salvajes por las montañas

(1977) El amor es un perro del infierno

(1992) La última noche de la tierra

Frases de Charles Bukowski

“Se empieza a salvar el mundo salvando a un hombre por vez; todo lo demás es romanticismo grandioso o política”. Charles Bukowski

“El hombre ha nacido para morir. ¿Qué quiere decir eso? Perder el tiempo y esperar. Esperar el colectivo. Esperar que canten los ratones. Esperar que a las serpientes les crezcan alas. Perder el tiempo”. Charles Bukowski

“Estamos aquí para desaprender las enseñanzas de la iglesia, el estado y nuestro sistema educativo. Estamos aquí para tomar cerveza. Estamos aquí para matar la guerra. Estamos aquí para reírnos del destino y vivir tan bien nuestra vida que la muerte tiemble al recibirnos”. Charles Bukowski

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