Más de la mitad de la población mundial utiliza diariamente dispositivos que cuentan con pantalla y conexión a internet, y cada vez se popularizan más los servicios de streaming, las series en Youtube y otras aplicaciones destinadas al consumo de contenidos visuales, lo que, sumado a las programaciones televisivas, permite acceder fácilmente a una cantidad enorme de videos, series y películas.
Hoy en día tenemos al alcance de nuestra mano, producciones realizadas en prácticamente cualquier lugar del mundo; es común encontrar a una señora viendo una telenovela india o turca, o a jóvenes disfrutando de un buen anime o alguna otra creación oriental, lo cual se ha traspasado a la industria musical y los videos que se generan a partir de ella.
El gusto creciente entre los adolescentes por el k-pop y el estilo kawaii, o la fascinación de los niños por populares youtubers que no necesariamente viven en el mismo país que ellos, indica que las películas, series y videos son un producto cultural con gran influencia en la vida cotidiana, que genera tendencias, ideales y conceptos que nos afectan y obligan a expandir nuestros criterios estéticos y discursivos. Por ello, en Revista Aion.mx hemos decidido dedicar un número a la reflexión de los discursos en pantalla.
