Qué es y qué hacer ante el bullying o acoso escolar

El acoso escolar es un gravísimo problema que aqueja, en mayor o menor medida, a todos los países y regiones del mundo; además, va en aumento, por lo que se instauró el 2 de mayo como Día Internacional Contra el Bullying o Acoso Escolar. De acuerdo con el Primer Estudio Mundial Sobre Bullying (2021) el primer puesto lo ocupa México, donde 7 de cada 10 menores sufren algún tipo de acoso; le siguen Estados Unidos y China. España ocupa el séptimo lugar entre los 10 primeros países con este problema. 

Los países del continente Americano con más casos de acoso escolar, son: 

1. México (1 en la escala global).
2. Estados Unidos (2 en la escala global).
3. Brasil (4 en la escala global).
4. Colombia (10 en la escala global).
5. Chile (11 en la escala global).
6. Argentina (12 en la escala global).

Las alarmantes cifras de bullying nos están obligado a conducir la mirada hacia este tipo de violencia para intentar frenarla y darle una mejor resolución a los casos que se presentan en nuestro entorno, pues de no hacerlo, las víctimas solo aumentarán. 

También es importante que reflexionemos el problema más allá de los entornos escolares y advirtamos que los infantes y adolescentes acosadores son reflejo de la violencia, intolerancia y exclusión que se vive en su entorno familiar y/o social. Los adultos debemos responsabilizarnos de aquello que enseñamos a las y los menores, y actuar en consecuencia, criticando nuestras propias actitudes y creencias, lo mismo que nuestros valores y prejuicios. 

Pero, ¿qué es el bullying?

El bullying o acoso escolar es toda intimidación o agresión física o psicológica contra una persona en edad escolar, ejercida principalmente por sus compañeros(as), en forma reiterada.

Actualmente, el bullying puede darse más allá del entorno escolar, por medio de las redes sociales o videojuegos. A esta forma de acoso se le conoce como ciberbullying y generalmente se da a través de comentarios hirientes y/o publicaciones vergonzosas o ridiculizantes de la persona acosada, que en ocasiones se utilizan para chantajearla y/o controlarla. 

Algunos datos para comprender la gravedad del bullying

• El 85% de los casos suceden en la escuela.
• Más del 90% de los casos no son reportados.
• Más de 3 millones de menores dejan la escuela (al mes, en todo el mundo) debido al acoso.
• El acoso escolar provoca más de 200,000 muertes al año en todo el mundo.
• El 82% de infantes con alguna discapacidad sufre acoso en la escuela.
• 9 de cada 10 estudiantes homosexuales son molestados(as) en su escuela, a causa de sus preferencias.

¿Cómo identificar el acoso escolar?

Si bien no todas las personas reaccionan del mismo modo, hay varias señales que pueden ser indicadoras de que un(a) menor sufre bullying. Entre las más comunes podemos identificar las siguientes: 

• Ansiedad constante.
• Menor rendimiento escolar.
• Dificultad para conciliar el sueño o pesadillas frecuentes.
• Cambios abruptos de humor. 
• Tristeza aguda.
• Excusas para no ir a clases.
• Aparición de lesiones “inexplicables” o constantes.
• Evitar realizar actividades con compañeros de clase.
• Rotura o pérdida del material escolar.
• Pérdida repentina de amistades y aislamiento social.
• Cambios en los hábitos alimenticios, ya sea comer menos o excesivamente. 
• Disminución de la autoestima.
• Comportamientos autodestructivos.
• Autoinfligirse heridas.
• Hablar de suicidio.

Difícilmente, un niño o niña que padece acoso escolar denunciará lo que le está ocurriendo, pues en muchas ocasiones sufrirá intimidaciones por parte de la persona o grupo que le acose. También puede tener una profunda sensación de humillación que le impida exponerse, ya que hacerlo le avergonzaría aún más, porque puede llegar a sentir que tiene una “incapacidad” para resolver la situación por sí mismo(a). Otra limitante para denunciar el bullying puede ser una visión distorsionada de sí; muchos(as) menores que experimentan acoso se consideran defectuosos(as), deficientes, menos importantes que el resto, etc. Finalmente, el miedo y una profunda sensación de soledad pueden generar que la víctima se retraiga porque no confía en nadie, pues, tal vez, ha intentado hablar sin recibir la atención y validación necesarias para continuar exponiendo su situación, o porque simplemente siente que sin importar lo que haga no hay una salida para su problema. 

Por tales motivos es importante que como adultos desarrollemos canales de comunicación confiables y seguros, con los niños, las niñas y los jóvenes en general; que aprendamos a escucharlos con atención genuina; y que validemos sus experiencias y emociones sin minimizarlas, juzgarlas o criticarlas. Desarrollar estas habilidades será prioridad para madres y padres de familia, docentes y cualquier otra persona que trate directamente con menores. Darse cuenta a tiempo de un caso de bullying puede hacer una gran diferencia en la vida de algún escolar e incluso salvarle de la muerte. 

¿Cómo ayudar a una persona que sufre bullying? 

Si sabes o sospechas que alguien cercano a ti sufre bullying, acércate a esa persona, ofrécele tu apoyo y validación, dile que estás ahí para cuando te necesite. Además, será necesario que busques orientación psicológica para quien sufre el abuso; ayuda del profesorado y directivos de la institución educativa a la que asiste; apoyo de los padres (tanto de quien padece el acoso como de quien lo ejerce) y en ocasiones incluso asesoría legal. 

Recuerda que el bullying es un problema que puede desembocar en lesiones graves, depresión y hasta la muerte, por ello, NO LO DEJES PASAR, NO SEAS INDIFERENTE.

Los protocolos indican que el primer paso es solicitar apoyo de la institución educativa y de los padres; mas, si la situación no se resuelve en un lapso considerable (no más de un mes), será necesario acudir a instituciones especializadas. Si el apoyo o la atención brindada por la escuela y la comunidad no son suficientes, puedes acudir a ONG Internacional Bullying sin Fronteras, a través del correo: bullyingsinfronteras@gmail.com.

Además de eliminar la violencia directa que sufre la víctima, será fundamental que reciba atención psicológica, para que pueda aprender a gestionar y liberar las emociones que el bullying le ha dejado; además, le ayudará a construir una imagen personal saludable, lo cual es necesario para que una niña, niño o adolescente que ha padecido acoso no caiga en la depresión, ni atente contra su propia vida o la de otros.

Si eres menor y detectas que otro(a) menor sufre acoso escolar, acércate a una persona adulta de confianza y explícale la situación. No pretendas resolver esto sin ayuda; el bullying es un problema complejo que requiere la participación de muchas personas para su adecuada resolución. No te sientas con obligación de guardar el secreto, menos si éste puede poner en riesgo la vida de tu amigo(a), compañero(a), familiar o conocido(a).

¿Cómo se puede prevenir el bullying?

Prevenir el bullying es, principalmente, responsabilidad del Estado, las instituciones educativas y la familia. No obstante, todos podemos aportar a la causa: difundiendo información confiable sobre el tema; hablando con las y los menores que sean cercanos a nosotros y observando sus comportamientos; y siendo ejemplo para las infancias y las juventudes, al expresarnos con tolerancia, respeto y empatía hacia todas las personas.

10 consejos para detener el acoso escolar

Algunas de las acciones que podemos ejercer para prevenir el bullying son las siguientes: 

1. Inculcar valores. Es importante fomentar en las infancias y juventudes valores como el respeto, la tolerancia, la empatía, la justicia y la amistad; mismos que les ayudarán a convivir de forma armónica, pues comprenderán que las diferencias y cualidades que caracterizan a cada individuo enriquecen su entorno, sin limitarlo ni amenazarlo. 
2. Promover el diálogo y el pacifismo. Establecer el diálogo como principal canal de resolución de conflictos ayudará a que las comunidades estudiantiles sean más pacíficas. Dialogar y reflexionar con las niñas, niños y adolescentes sobre temas como: sexismo, racismo, diversidad sexual, ecología, autoestima, personas con discapacidad, redes sociales, estereotipos, clasismo, multiculturalismo, etc., les ayudará a exponer y orientar sus inquietudes, evitando que se formen creencias basadas en prejuicios e intolerancias. 
3. Enseñar con el ejemplo. Quizá éste sea el punto más importante de todos. De nada sirve intentar enseñar algo que contradecimos con nuestros actos. Como personas adultas debemos cuestionar nuestras propias actitudes hacia los demás, superar nuestros prejuicios y desarrollar apertura hacia nuevos estilos de vida. Es importante que tratemos a todas las personas con respeto y que rechacemos la violencia como forma de resolución de problemas. También es importante no imponer ideas u opiniones y enseñar a escuchar; dejar de utilizar la autoridad de padre, madre, profesor(a), adulto, etc., para obligar a las y los menores a realizar cosas que deseamos, ya que al hacerlo estaremos enseñando que los “fuertes” pueden dominar a los “débiles”. Lo ideal es solicitarles acciones y actitudes mediadas por argumentos y explicaciones.
4. Hablar con tus hijos(as). Aunque cualquier adulto puede apoyar a un chico o chica que esté sufriendo bullying, el apoyo ofrecido por los padres y la familia será fundamental; por ello, si eres madre o padre es importante que establezcas canales de diálogo con tus hijos(as), mostrando apertura e interés genuino hacia sus actividades, intereses y preocupaciones, para que puedas generarles confianza. Recuérdales constantemente que estás disponible si te necesitan; habla con ellos(as) sin juzgarles, aunque sí guiándoles y poniéndoles límites; valida sus emociones; platica cotidianamente con ellas(os) sobre su vida escolar, su estado emocional, sus ideas, proyectos, amistades y relaciones en general.  
5. Establecer límites. Las y los menores están en una etapa de desarrollo, por lo que carecen de suficientes experiencias y herramientas para autogobernarse de manera total; por ello es necesario guiarles y ponerles límites, teniendo siempre en mente su felicidad, independencia y crecimiento. Los límites que establezcas con ellos(as) deben estar fundamentados en razonamientos, mismos que deberás explicarles, al igual que las consecuencias de no respetarlos. 
6. Hablar sobre bullying. Saber cómo identificar el acoso escolar y cuáles pueden ser sus consecuencias, facilita que entre compañeros(as) procuren no caer en ello y sepan cómo actuar ante los primeros indicios de un caso de acoso. Tener conocimiento sobre bullying les ayuda a reconocer que es un problema que afecta a muchas personas alrededor del mundo y que, por lo tanto, no son los únicos(as) en vivirlo; que es posible hacerle frente y que, el acoso que experimentan no es causado por un “defecto suyo”, sino porque quien les acosa no sabe respetar y ha aprendido formas violentas de convivencia. 
7. Hacerles sentir que cuentan contigo. Hacerle saber a un(a) chico(a) que cuenta contigo y que no está solo(a) ante ningún problema, puede ser la diferencia entre actuar a tiempo o no. 
8. Desarrollar el autoestima de las y los menores. Los sentimientos de soledad, miedo y tristeza son los principales aliados del bullying. Una buena autoestima permite a un chico(a) reaccionar mejor ante el acoso y actuar más rápidamente; por ello, es importante ayudarles a desarrollar su autoestima y a trabajar su autoimagen. 
9. Identificar los primeros indicios de acoso. Poner atención en los primeros indicios de bullying, orientando y apoyando no solo a quien lo sufre, sino también al menor que ha ejercido el acoso, atendiendo el origen de sus conductas abusivas y violentas, y ayudándole a desarrollar respeto y tolerancia, evitará que el problema crezca. 
10. Aceptar la realidad del bullying. El acoso escolar es un problema real y serio, ante el cual hay que informarse, prepararse y actuar; de nada sirve creer que no le pasará a tus hijos(as) o que es un problema de otras escuelas o comunidades, pues todas las instituciones educativas son susceptibles al bullying. Del mismo modo, es importante atender el comportamiento de los hijos(as) que se muestran intolerantes, violentos y/o agresivos. El hecho de que sea tu hijo(a) no impide que pueda ser acosador(a). Si recibes o percibes una alerta al respecto, actúa de inmediato con medidas serias. 

Por último, te invito a difundir esta información y a tomar acciones en contra del acoso escolar. Lo más importante es que no te quedes callado(a).  

Fuentes

Bullying sin fronteras. (30 de abril de 2023). Estadísticas Mundiales de BULLYING 2020/2021.https://bullyingsinfronteras.blogspot.com/2018/10/estadisticas-mundiales-de-bullying_29.html

UNICEF. (30 de abril de 2023) ¿Cómo prevenir el acoso escolar? unicef.es. https://www.unicef.es/acoso-escolar-bullying#home

Educo.org (02 de mayo de 2020). Cómo detectar y evitar el bullying o acoso escolar. Recuperado el 30 de abril de 2023. mahttps://www.educo.org/blog/como-detectar-y-evitar-el-bullying-o-acoso-escolar

Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (30 de abril de 2023). Señales de advertencia del acoso. stopbullying.gov. https://espanol.stopbullying.gov/acoso-escolar-mkis/se%C3%B1ales-de-advertencia