La cuestión del Estado en el debate entre marxismo y neoliberalismo después del “socialismo real”

Debate entre marxismo y neoliberalismo

Resumen: En este ensayo son expuestas algunas posturas importantes en torno al debate entre marxismo y neoliberalismo, especialmente desde las perspectivas de dos autores considerados parte de la tradición marxista, por sus investigaciones: Adolfo Sánchez Vázquez y John Holloway.

Introducción

Entre otras cuestiones, el neoliberalismo se considera una tendencia teórica, económica o “filosófica” que se dice heredera del liberalismo clásico[1]. Para algunos se remite a inicios del siglo pasado, con autores como Hayek[2] en la década de los treinta, pero vuelve a resurgir en las últimas dos décadas del mencionado siglo, precisamente cuando su adversario el “socialismo real” ya no pudo ocultar su evidente colapso.[3]

Desde lo anterior, la discusión entre “marxismo y neoliberalismo”  se puede abordar de diferentes maneras, muchas de estas, se dan en el contexto histórico de finales de la década de los ochenta del siglo XX. Cuando se desarrolló aún más este debate, como sostiene Postone: “la desaparición del fordismo y la aparición de un capitalismo global neoliberal sugieren la importancia de un renovado encuentro con la teoría crítica de Marx, la teoría más poderosa sobre las transformaciones históricas del mundo moderno”. (Postone, 2006: 34).

Lo anterior, ayuda a mostrar la amplitud del tema, sin embargo, para el presente ensayo el debate entre marxismo y neoliberalismo se centra en el tópico del “Estado”. Pues “el Estado es un factor de cohesión social; lo que el marxismo ha concebido como un factor de “orden” o principio de organización, no en el sentido común de “orden político” simplemente, sino en el sentido de la cohesión del conjunto de los niveles de una unidad compleja, y como factor de regulación de su equilibrio global, en cuanto a sistema”. (Espinoza, 2019: 172).

En los siguientes párrafos, se desarrolla una breve reflexión crítica, específicamente de dos autores considerados como parte de la tradición marxista, por sus investigaciones, como son: Adolfo Sánchez Vázquez y John Holloway que, desde diferentes enfoques coinciden en defender una postura marxista, así como, otros autores que se consideran neutrales, pero que participaron o participan en el debate de interés.

Como se advierte en el título de este ensayo, las discusiones revisadas, versan en autores cuyas publicaciones se encuentran dentro del rango temporal demarcado 1989-2019, después del “socialismo real”. Desde las próximas líneas se aborda dicha labor.

Autores y sus debates  

· Bogdan Denitch (1929-2016)

En el mismo año en que se disolvió la URSS (1991), el autor Bogdan Denitch, publicó un libro: Más allá del rojo y el verde ¿Tiene futuro el socialismo?, en el que abordó la discusión entre marxismo y neoliberalismo, matizada en la temática del Estado, planteando su análisis como en el siguiente pasaje:

“Los numerosos y penosos intentos abortivos por implantar economías “socialistas” de Estado bajo regímenes comunistas están llegando a su fin, ya que los propios líderes –de una manera implícita o explícita– admiten su derrota al inclinarse hacia una actividad mercantil de sus sistemas dentro de un mercado mundial único.” (Denitch, 1991: 81).

En la cita anterior, se percibe la interpretación del autor, la cual identifica a los sistemas del “socialismo real”, como “economías socialistas de Estado”, calificando dichos proyectos como modelos que implementaron una estrategia “marxista” de Estado, que desde esta lectura ha fracasado, cuando adoptaron la propuesta del libre mercado único, mejor conocida como neoliberalismo.

Esta lectura, se construye al destacar que en el caso de los países del “socialismo real”, las instituciones estatales y sus corporaciones terminaron siendo la herramienta que finalizó por consolidar el “totalitarismo”, mismo que el neoliberalismo pregona es el futuro de todo Estado (Hayek, 2009). Una institución que, según estos (neoliberales) está viciada por la burocracia, que además de frenar la economía y restar libertades al individuo, mantiene un pueblo dependiente y holgazán.

Hay cosas debatibles en la anterior postura, y si se sigue identificando la propuesta marxista con la limitada interpretación del “socialismo real”, la propuesta de un Estado socialista de economía planificada con base a una justicia distributiva será condenada al fracaso, por lo que, podría cuestionarse dicha identificación. En los siguientes párrafos, se abordan otros autores que también participan en dicho debate.

· Adolfo Sánchez Vázquez (1915-2011)

Autor que produjo una amplia obra dentro de la tradición marxista de habla hispana. La originalidad de su propuesta, reside en retomar el tema de la “praxis”, por lo cual, consideró que el problema principal de la filosofía no es ontológico sino praxiológico, influenciado en este sentido por Antonio Gramsci. (Illades, 2018: 214).

Dentro de las discusiones intelectuales en que participó, se recuerda por ser: “uno de los primeros marxistas –no únicamente en América Latina sino a escala internacional– en criticar el positivismo althusseriano desde el punto de vista de la filosofía de la praxis”. (Löwy, 2008: 15-16).

El hecho, de que haya sostenido una discusión con Althusser podría situarlo fuera de la temporalidad en la que se enmarca este ensayo. Sin embargo, el autor siguió produciendo en los posteriores años a la década de los ochenta, por lo que, para este texto sólo se considera una de sus obras: Ética y política (2007).

Respecto a la discusión entre marxismo y neoliberalismo enfocada en la temática del Estado, Sánchez Vázquez aporta su perspectiva al debate, en el mencionado libro, reflexionando desde la dicotómica calificación política, a partir de diferenciar entre tendencias políticas de izquierda y derecha, como lo expresa en el siguiente párrafo:

Son muchas las esferas en las que la izquierda se distingue claramente de la derecha: en el papel central que asigna al Estado en el control de sus recursos naturales básicos frente a la tendencia de la derecha a privatizarlos; en la defensa de la educación pública gratuita en todos los niveles; en garantización de los derechos de los trabajadores y el respeto a las diferencias (étnicas, raciales, genéricas, etc.). (Sánchez, 2010: 17).

Considerando la calificación de tendencias políticas, podemos identificar al neoliberalismo como una tendencia de derecha y al marxismo como una de izquierda. Sánchez Vázquez no aborda pues, el debate en cuanto a la extinción del Estado, sino en la función de éste según la tendencia política que lo domina, por ejemplo, resalta que la derecha usa el Estado para la privatización, que es lo mismo que otorgar poder y autonomía al sector empresarial, percepción donde el Estado quizá no se elimina sino que queda bajo el resguardo de los sectores capitalistas-empresariales, que son quienes realmente detentan el poder sobre la sociedad, en los países con modelo neoliberal.

Quizá el autor, confiaba en que la transformación a una realidad más justa se daría, si una tendencia política de izquierda que no abandone los principios de realizar una política honesta y con ética llegará al poder, y así pudiera lograr organizar las facultades del Estado como institución, de manera más justa y en una sintonía más cercana a la tradición marxista. Donde se ejecutarían principios como los que señala en la cita: “defensa de la educación pública gratuita en todos los niveles; garantización de los derechos de los trabajadores, el respeto a las diferencias étnicas, raciales, genéricas”, entre otros valores, cercanos a los propuestos por los marxismos y sus tendencias actuales.

Sánchez Vázquez, estuvo activo en la década de los noventa del siglo XX y la primera del XXI, hasta su fallecimiento en 2011, décadas en las que, desde su posicionamiento como un pensador marxista, se opuso desde el ámbito académico a las políticas neoliberales de México (lugar de residencia desde su exilio de España) con debates como los que se mostró en los párrafos pasados.

Con base en lo anterior, el objetivo de Adolfo Sánchez Vázquez respecto al Estado y en relación a la tradición marxista, era rescatar la idea de Estado, como institución reguladora de la economía, dentro del proceso transitorio de construcción del socialismo. Propuesta que es opuesta a los planteamientos del neoliberalismo, cuestión que se siguió discutiendo en años recientes.

En un artículo del autor Fernando Pedrosa, publicado apenas un año después de la muerte de Sánchez Vázquez, en 2012, que se titula: “La Redefinición de la agenda socialdemócrata entre la crisis del petróleo y el fin del Socialismo real (1973-1992)”, expone la postura del neoliberalismo respecto a esta cuestión. Así lo comenta:

“La idea dominante era que el proceso de crisis que se abrió a comienzos de los años setenta no tenía solución estrictamente nacional, ya que los controles estatales del capital y de los flujos  monetarios, fueron eliminados o dicho de otra forma perdieron su efectividad en el nivel estatal-nacional.”(Pedrosa, 2012: 23).

Así, la discusión respecto al Estado, se siguió desarrollando desde la principal crítica del neoliberalismo hacia lo que ellos llaman Estados-benefactores o de economía nacional centralizada. Crítica que señala, que las economías aisladas y autogestoras, inevitablemente se conducen al fracaso por no participar del flujo monetario y las interrelaciones de economía mundial, el libre mercado. 

Cabe aclarar, que no se puede hablar indistintamente de Estados Socialistas y Estados Benefactores (keynesianos), pues las propuestas difieren en sus planteamientos y objetivos, coincidiendo sólo en la función de Estado como moderador de la economía, existiendo en este aspecto grandes diferencias implícitas, pues dentro de la tradición marxista o el Socialismo Ideal, esta función del Estado sólo sería en el proceso de transición Socialismo a Comunismo, y por tanto, la posterior abolición de dicha institución.[4]

La importancia de los últimos párrafos para este ensayo, reside en que, autores marxistas como Sánchez Vázquez, aún confían en el rescate e implementación de las políticas de Estado como una posible garantía de justicia. Mientras para el neoliberalismo, dicha institución como reguladora e impartidora de justicia, ya es insostenible, situación en la que el neoliberalismo también es cercano a un cierto “anarco capitalismo”, en el sentido de pugnar por la abolición del Estado como garantía del libre mercado.

La anterior posición neoliberal, se identifica como preocupante respecto a la justicia social, pues promueve el debilitamiento de dicha institución (Estado) en la inversión y promoción de derechos humanos básicos, así como de proyectos sociales, que para los neoliberales son “socialistas”, como lo son: educación y salud pública, impulso y supremacía de la industria nacional, entre otros.

En esta misma tendencia, posteriormente el Estado ya no se debilitó sino que se fortaleció, sólo en sus corporaciones de “seguridad”, aquellas que cumplen con el papel de la represión. Es decir, en el neoliberalismo, el Estado pasa de ser un símbolo de la obstrucción económica, a sólo realizar sus funciones de control social, de represión. Emitidas desde sus corporaciones policiacas, militares y de inteligencia, mismas que se encargan de disolver toda pretensión de alterar el orden económico-global establecido, el capitalismo-neoliberal.

Dentro del debate marxismo vs neoliberalismo, centrado en el tema del Estado, se derivan más discusiones, por ejemplo, la propuesta que resalta la necesidad de fortalecer al Estado como garantía de respeto a los derechos colectivos, argumento que el neoliberalismo rechaza desde su “egoísmo ético”.

Otro ejemplo que se deriva de esta discusión, es respecto a la concepción de “libertad”, la cual difiere entre ambas tendencias. Mientras para el neoliberalismo la “libertad” significa libertad de comercio, libertad de consumo o acumulación de bienes materiales, para el marxismo la “libertad” se alcanza con la realización, con la rehumanización del individuo, con la justa distribución de la riqueza, así como con el derecho al descanso y la búsqueda de felicidad.

Realización de la humanidad, que se desprende de la construcción de una sociedad organizada bajo los términos de una política económica justa, equitativa  y democrática, donde las oportunidades de crecimiento y realización son más asequibles para todo humano miembro de la colectividad. En las siguientes líneas, se discute brevemente la aportación de John Holloway a esta discusión.

· John Holloway (1947-)

Holloway se interesó por la teoría crítica y el marxismo, a partir de leer a Herbert Marcuse, Theodor Adorno y Ernts Bloch. Investigaciones que realizó en conjunto y por motivación de Richard Gunn y Werner Bonefeld, quienes promovieron el Open marxismmarxismo abierto” a finales de la década de los ochenta y principios de los noventa del pasado siglo XX. (Dinerstein, 2018: 276).

Los anteriores investigadores eran parte de la conference of socialism economic CSE (conferencia de socialismo económico) que se presentaba como un espacio no dogmático sobre estudios marxistas. Además, crearon y publicaron las revistas Capital and class y Common sense como parte de esta conferencia. Siendo estas revistas donde Holloway discutió con el marxismo ortodoxo británico y con el neoliberalismo. Con esta última tendencia, debate el carácter del Estado capitalista y la globalización. Holloway elaboró la conceptualización del Estado como forma política de relaciones sociales definidas. (Dinerstein, 2018: 277).

El Estado y su relación con la globalización, como objeto de estudio de Holloway, también se resaltó en obras de los primeros años del siglo XXI, pues “Lo que resulta significativo en este análisis de Holloway es su punto de partida para analizar el Estado-nación. La relación de éste con el capital es una relación de Estado fijado nacionalmente a un capital globalmente móvil”. (Altamira, 2006: 217).

En atención a lo anterior, Holloway, estaría de acuerdo en que lo político y lo económico no se deben estudiar por separado, considerando así, al Estado como una problemática dentro del capitalismo, posteriormente coincidiendo con las posturas emitidas por la insurrección zapatista de 1994 en Chiapas, México. Holloway analizó la relación entre el Estado y el ámbito revolucionario.

“Holloway se conectó con el rechazo del zapatismo al Estado como el lugar principal para el cambio revolucionario (…) Change the World without Taking Power (CTWWTP) fue publicado en 2002, y puede considerarse como la culminación de las valentías teóricas de Holloway para comprender un mundo cambiante y la revolución”.   (Dinerstein, 2018: 286).

Para complementar lo anterior, se expone más sobre Holloway y su debate sobre el Estado: “El problema no es el Estado, sino cómo entendemos el poder en relación con el Estado. El poder suele estar “asociado al control del dinero o del Estado”. La izquierda, la corriente dominante, los leninistas o los socialdemócratas se han centrado todos en el Estado como el lugar principal del cambio social”. (Dinerstein, 2018: 298).

En suma, desde el “open marxism” de Holloway, se ofrece una visión de Estado que discute con la neoliberal, mientras el neoliberalismo pugna por que el Estado se deslinde de las cuestiones económicas y se enfoque en la represión. La propuesta de Holloway también rechaza el Estado como objetivo donde no radicará el poder de la revolución. Más cercano al zapatismo, aprueba la transformación a una sociedad más justa, independizándose de las instituciones “oficiales”, basándose en los principios de un “gobierno” incluyente, democrático, comunitario y popular.

La base de esta autonomía, estaría construida como una organización horizontal, con una cultura política de tipo consejista (como las juntas de buen gobierno del EZLN), donde se ejerza el principio de “mandar obedeciendo”. Es decir, una revolución que no requiere la toma del poder representado en el Estado, sino la participación y empoderamiento de su gente de manera directa.

Alguna percepción, podría detectar una coincidencia entre el neoliberalismo y la propuesta de Holloway, en el sentido en que ambas tendencias buscan quitar el protagonismo del Estado en cuanto el control de las sociedades. Sin embargo, los objetivos son distintos, pues mientras los neoliberales pretenden que la soberanía de las sociedades resida en el sector capitalista-empresarial, el “marxismo abierto” de Holloway propondría la superación del Estado, para que con esto la soberanía resida en los consejos populares, donde por ejemplo, cuestiones como las económicas se discutirían y buscarían solucionarse, con el mayor beneficio para la colectividad y no en una élite o sector determinado.

A partir de las cuestiones anteriores, se puede sostener que una de las discusiones más recientes (esto en las últimas tres décadas) entre marxismo y neoliberalismo, es en cuanto a la función del Estado, como en las investigaciones realizadas por Holloway. Este debate sigue vigente en trabajos académicos actuales, como los artículos citados y consultados para este ensayo.

Tan vigente sigue siendo la discusión que, en 2019 el prestigioso filósofo Enrique Dussel, dictó una conferencia[5] en la ciudad de Morelia, México, misma en la que sostuvo haber debatido con Holloway. De hecho, expresó que disiente respecto a su planteamiento en relación al Estado.

Para Dussel, John Holloway se equivoca cuando propone no tomar el poder, ni al Estado como espacio y representación de éste. Por el contrario, Dussel expone que la gente, el ciudadano común “de a pie”, debe empoderarse mediante una democracia participativa, siendo parte de las instituciones, defendiendo sus intereses de clase y haciendo válida así la soberanía popular.

Lo anterior sólo como un ejemplo de cómo reconocidos autores han participaron en la discusión marxismo y neoliberalismo centrada en la cuestión del Estado. En lo que sigue se da paso a las conclusiones.

Conclusiones

Después de considerar las anteriores posturas, es prudente proponer un equilibro en cuanto a la función del Estado en el contexto actual. Primero, por cuestiones éticas, queda descartada la propuesta neoliberal de trasladar la soberanía de las sociedades del Estado al sector capitalista empresarial.

Pues la realidad muestra que, en las últimas tres décadas (en el caso de México) el neoliberalismo hundió al país en una multitud de problemas, por lo que, la propuesta es peligrosa y se desecha. En cuanto a las posturas de los autores marxistas, es en donde sería certero proponer un equilibrio, pues no estaría de más: ni confiar tanto en el Estado, aunque sea una posición de “izquierda” la que esté en el cargo como lo propone Sánchez Vázquez, ni tratar de abandonarlo y desentenderse en su totalidad de dicha institución, como sostiene Holloway.

De una manera más armónica, la mayoría, los oprimidos tienen el deber de participar y asumir el control del Estado en su beneficio, sin que esto signifique acabar con la autonomía popular o enterrar la autogestión, pues se pueden construir organizaciones alternas populares, horizontales consejistas, que permitan la vigilancia y contagio al Estado, de una manera más popular y justa de ejercer el poder. Más desde abajo y a la izquierda, situación que se construye con la democracia participativa y el ejercicio de la soberanía popular.

De esta manera, se puede comenzar a pensar en la construcción de un Estado plural, popular y horizontal, que vigila la justa y coherente construcción de las sociedades socialistas, cumpliendo así su ideal función institucional transitoria, para seguir desarrollando la revolución socialista.

Bibliografía


Notas

[1] El abordar el Liberalismo cásico, puede ser una cuestión de bastante amplitud y que escapa a los objetivos del presente, para profundizar consúltese: Locke John, Segundo ensayo sobre el gobierno civil: Un ensayo sobre el verdadero alcance y finalidad del gobierno civil, Buenos Aíres, Losada, 2002. Montesquieu, Charles, Louis de Secondat, El espíritu de las leyes, México, Delma, 1999. Rousseau, jean-Jaques, El contrato social o principios de derecho político, Madrid, Tecnos, 2007.   

[2] Friedrich Hayek (1899-1992), filósofo-economicista austriaco considerado ultra liberal o uno de los máximos exponentes del neoliberalismo, para más información consultar su obra: Hayek Friedric, Camino de servidumbre, Madrid, Alianza, 2009.      

[3] Para una mayor profundidad sobre esto, consultar: Escalante Gonzalbo Fernando, Historia mínima del neoliberalismo, México, COLMEX, 2015.

[4] Para profundizar en la función “transitoria” del estado, desde la visión “tradicional” marxista, consultar: Engels Friedrich, Del socialismo utópico al socialismo científico, en Marx Karl, F. Engels, obras escogidas tomo III. Moscú, Progreso, 1986. Pág.155.

[5] El 24 de octubre de 2019, el Dr. Enrique Dussel dicto la conferencia: “La política de la liberación en la cuarta transformación”. Invitado por el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UMSNH, conferencia, a la que tuve el honor de haber asistido y escuchado de la viva voz de Dussel, lo que arriba se escribe.

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