¿Qué es el lenguaje? Breve reflexión ontológica

¿Qué es el lenguaje? Reflexión

Resumen: Breve reflexión sobre el origen del lenguaje.

Antes del lenguaje articulado ocurrió el gruñido. Quizá el suspiro es el primer sonido que emitimos implicando en ello algún sentido y, así, el ser humano está suspendido sobre el vacío por una variación en su modo de inhalar y exhalar.

El monosílabo, como referente de fenómenos, cosas o individuos, debió surgir a la par de la onomatopeya, a la cual podemos imaginar inicialmente como algo brutal. Su devenir es comparable con el proceso de una tosca roca extraída del fondo de una mina, que luego es lavada, tallada y transformada en joya. Lo mismo ocurrió al mimetizar los ruidos de la naturaleza, luego transformándolos en palabras; recibimos estímulos y los imitamos con nuestro burdo aparato fónico, aunque no hay que perder de vista que la imitación es, esencialmente, invención.

Inventar sonidos es un hecho que viene de la misma fuente que aullar o rugir. El origen de tales expresiones, como se ha sugerido, es energía indeterminada, sin forma.

El hombre percibe la realidad y, en tal cruce, individuo y caos desarrollan una superficie sensible, campo en que nacen las formas lingüísticas. El cuerpo y lo que no es el cuerpo se reúnen al ras de la piel, donde ganan sus formas. Sobre la superficie del ojo, el tímpano, la lengua, los dedos y las fosas nasales, se informa la energía que constituye al mundo. Esta manera de ordenar su propio sistema nervioso es un paso que nuestro organismo ha adelantado para imaginar a la materia.

En cuanto al hipo, la tos, el balbuceo; la fiebre y el sueño donde se mezclaron sonido y sentir; una vez afinado, nuestro aparato fónico produjo más palabras, y de su multiplicación han resultado diccionarios, gramáticas, símbolos, contradicciones y paradojas, entre otras muchas condiciones contraídas por la asociación de nuestra percepción y los significados que hemos inventado.

Pero las primeras palabras se perdieron en el aire, pues no dejaron su impronta más que en las mentes de los individuos que las pronunciaron y repitieron por un tiempo, hasta que ocurrieron la mutación y el olvido. Aquéllas se hundieron en lo más recóndito de la inconsciencia, dejando para la conciencia, a pesar de su pérdida, algo que habría que comparar con tecnología de otra dimensión: el signo.

¿Qué es, visto así, el lenguaje? Una energía sin forma es su origen, y ello también es la esencia del ser humano y su perspectiva. Por un exceso de ello nace el habla, que antepone algo al silencio mediante la voz, la cual representa una profusión de energía informada.

Después de sólo respirar o gruñir, pasados miles de años de ronquidos y otros tantos accidentes que formaron nuestra voz, un día el sonido se convirtió en signo y entonces nació el sonido encriptado o lenguaje, en su modo más rudimentario. Hubo un largo proceso antes del sonido lingüístico, pero una vez logrado este vínculo entre voluntad y forma, fue generada una fuerza con la cual luchamos hasta ahora, de cierto modo, pues el torrente de signos que aconteció resulta incontrolable, al punto que hoy el lenguaje ordena nuestras vidas y no ya nosotros a ello, aunque sea tan posible como al momento en que el trueno recibió su primer nombre.

Referencias bibliográficas

Heidegger, Martin. Arte y poesía. Fondo de Cultura Económica.

Bergson, Henri. Materia y memoria. Cactus

Deleuze, Gilles. Derrames: entre el capitalismo y la esquizofrenia. Cactus.

Bataille, Georges. La experiencia interior. El cuenco de plata.

Nietzsche, Friedrich. The Will to Power. Penguin Classics.

Foucault, Michel. El orden del discurso. Tusquets.

Eco, Umberto. Semiotics and the Philosophy of Language. Indiana University Press.

Schopenhauer, Arthur. El mundo como voluntad y representación. Alianza Editorial.

Hofstadter, Douglas. Gödel, Escher, Bach: An Eternal Golden Braid. Basic Books.

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