La mujer y el derecho al voto

La mujer y el derecho al voto

Sabemos, aunque nos cueste trabajo y la historia oficial no lo reconozca, a todas luces que: las mujeres de la revolución mexicana fueron mucho más que Adelitas.

Mederick Andrade Moreno

En tiempos recientes la discriminación y la marginación son una constante en nuestras sociedades pos-modernas. Pareciera que los desarrollos tecnológicos del mundo actual se ven opacados ante la falta del “progreso ético”. Aún hoy somos testigos de las diferencias basadas en la discriminación por credo, raza, clase social y género. La discriminación por género parece acrecentarse si a ésta se suman los factores de raza, credo y condición social. Ser mujer en algunas regiones del mundo es un peligro cuando se es pobre, vulnerable, y no se tiene acceso a la educación[1].

En el caso del voto y su lucha social, de carácter internacional, las mujeres lograron mediante el ejercicio cívico una inclusión que trascendía el orden económico, social y político.

El mundo del siglo XIX y XX se caracterizó por erigir un discurso en donde el centro del universo social tendía a reconocer sólo al género masculino. No es objetivo de este texto dilucidar el entero de las posiciones y autoras feministas respecto a esta cuestión, ni mucho menos el desarrollo, así como los nuevos planteamientos del pensamiento feminista. Empero, sí pretendo elaborar un mapa con las ideas principales en torno al tema, a reserva de la exhaustividad de las mismas.

Sin duda, un referente ineludible para la construcción y desarrollo del pensamiento feminista es el texto de Virginia Wolf, Un cuarto propio. Ensayo literario en el que se expone la importancia de la capacidad creadora y el papel que la mujer ocupa en la sociedad. Un cuarto propio es ya el reclamo legítimo de un espacio de acción para la mujer. Wolf nos ofrece una veta para explorar las diferencias de género y la equidad subyacente si se tiene la entereza de re-conocer al otro como otro, es decir, reflexionar sobre la importancia que se desprende del acto mismo de la ética, la libertad y el derecho común a hombres y mujeres. Señala Wolf (2008: 64) al respecto:

Sería una lástima terrible que las mujeres escribieran como los hombres, o vivieran como los hombres, o se parecieran físicamente a los hombres, porque dos sexos son ya pocos, dada la variedad y vastedad del mundo; ¿cómo nos las arreglaríamos, pues con uno solo? ¿No debería la educación buscar y fortalecer más bien las diferencias que no los puntos de semejanza?

Así, el tema de la autonomía y los derechos de las mujeres tuvieron en el derecho al voto el reconocimiento en los órdenes políticos, económicos y sociales de diferentes países. No obstante, la lucha civil de las mujeres mostró -para efectos del sufragio- altibajos y discusiones que malversaban hechos de naturaleza, descalificaciones y falacias ad hominem como fundamentos teóricos y políticos en lo que se pretendía justificar argumentos que envolvían el germen de la discriminación a la mujer por ser mujer. Fue frecuente la idea infundada de la irracionalidad y el carácter apasionado, la falta de incomprensión en materia política, la falta de moral.

En México por ejemplo el sufragio femenino entró en vigor -sin derogaciones y sin miramientos retroactivos de las leyes en nuestro país- el 17 de octubre de 1953, pero no fue, sino hasta 1958, que las mujeres mexicanas pudieron ser votantes en elecciones federales. Debe notarse que el derecho de las mujeres mexicanas al voto llegó tardíamente, muchos países latinoamericanos y europeos ya contaban con este derecho.

El proceso del voto femenino en México implica una historia imbricada y atestada de injusticias sociales. La desigualdad en el salario, la posesión de propiedades, el reconocimiento a una educación, etc., son la base de un derecho que significó una conquista social en términos de justicia y equidad. No obstante, la adhesión política y subordinación no se hizo esperar, el presidente Lázaro Cárdenas (junto con el aparato político que hoy conocemos como PRI) reclamó muy pronto el derecho otorgado.

El sr. Presidente de la República agradece expresiva felicitación y confía que al adquirir la mujer mexicana capacidad cívica, ejercerá mejor sus derechos políticos cooperando en la consolidación de las instituciones sociales del gobierno nacional (González, 1987:71)

De acuerdo a lo expuesto por Gabriela Cano[2] uno de los argumentos principales que sostenía la sociedad del México pos-revolucionario para oponerse al voto femenino era que: “las mujeres tenderían a votar por grupos conservadores asociados a la Iglesia Católica”. Sin embargo, la lucha social por el voto de las mujeres en México involucró tanto a hombres como mujeres. Por otro lado, el argumento utilizado es falso, ya que ser conservador no es una condición exclusiva de las mujeres. Es justo en este tipo de supuestos que se muestra, como señalé con anterioridad, la descalificación y la discriminación a las mujeres por ser mujeres.

Para finalizar me parece importante hacer un breve recuento de los aspectos históricos más importantes en México en relación a las movilizaciones y organizaciones de mujeres[3].

-Se facilitó el trámite de divorcio y hubo un intento de política de control de la fecundidad.

Referencias y notas.

González, Cristina (1987). El movimiento feminista en México: aportes para su análisis tesis inédita que para obtener el grado de licenciada en Ciencias Políticas y Sociales UNAM.

Wolf, Virginia (2008). Una habitación propia, trad. Laura Pujol, España: Seix-Barral.

Colegio de México: “Historia del sufragio femenino, en su 60 aniversario” recurso electrónico disponible en https://www.youtube.com/watch?v=ziPrTgVOenA

[1] El filme Precious dirigido por Lee Daniels cimbró la conciencia moral de muchos, pues una mujer pobre, negra, enferma de VIH y analfabeta mienta las premisas de la incomprensión humana en los albores del siglo XXI, a la par que muestra cómo la violencia de género es un síntoma mundial.

[2] Para más información véase “Historia del sufragio femenino, en su 60 aniversario” recurso electrónico disponible en https://www.youtube.com/watch?v=ziPrTgVOenA

[3] Para dicha labor me baso en el texto de Cristina González, El movimiento feminista en México: aportes para su análisis.

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