Mujeres en la industria textil: su realidad como trabajadoras

Las mujeres en la industria textil

En el presente artículo comentaré la realidad de las mujeres que laboran en la industria textil, por la importancia de visibilizar esta problemática que se da a nivel mundial. El negocio de la industria textil casi siempre se instala en los países donde existe más pobreza; práctica realizada por las empresas de este ramo para que sus malas condiciones laborales no sean descubiertas ni objetadas legalmente.

Es sencillo saber en dónde hacen la ropa que compramos; con sólo ver la etiqueta averiguamos que puede provenir de países como China, India, Vietnam, Bangladesh, entre otros. Sin embargo, casi nunca nos preguntamos: ¿en qué condiciones laborales se ha fabricado?, ¿cuánto tiempo implicó confeccionarla?, ¿sabemos quiénes confeccionan esas prendas de vestir?

Las mujeres en esta industria trabajan hasta 12 horas por día, en condiciones inhumanas y ambientes hostiles; además, muchas veces laboran en contra de su voluntad. La industria textil, en la mayoría de los casos, es efectuada por las mujeres; estadísticamente, el 80% de la fuerza de trabajo en esta industria son mujeres jóvenes, de entre 18 y 24 años. Por esa razón, pienso que es necesario hablar y darle visibilidad a la situación que tienen estas mujeres para poder ir cambiando poco a poco sus condiciones laborales.

Pero esta lucha ha ocurrido por más de cien años; se puede decir que comenzó desde el 25 de marzo de 1911, cuando 140 mujeres murieron en el trágico incendio de la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York; razón por la cual ahora se conmemora en el Día Internacional de la Mujer. Ese terrible suceso dio más visibilidad a las condiciones de la mujer en el ámbito laboral y avivó la lucha por sus derechos, pues las causas del trágico incendio fueron: explotación laboral y condiciones de trabajo tan inapropiadas como insalubres; algo que a mi parecer no ha cambiado mucho en esta industria con el paso de los años, dado que, actualmente y a nivel global, la explotación laboral continúa ocurriendo como consecuencia de sistemas que buscan, por encima de cualquier cosa, la producción en masa y la acumulación de capital.

En estos tiempos acelerados en que impera lo que llaman “fast fashion”, la situación ha empeorado en los países donde la legislación laboral no ha sido fuerte. Un ejemplo es lo que pasó en la fábrica textil más grande de Bangladesh el 24 de abril de 2018, pues allí aconteció una tragedia similar a la ya mencionada: 1,134 personas murieron, en su mayoría mujeres jóvenes, por causa de explotación laboral y condiciones de trabajo inhóspitas.

Algunas de las marcas más famosas que se encuentran beneficiadas por tan dañinos entornos, son: H&M, Mango, y las del Grupo Inditex (Zara, Massimo Dutti, Pull & Bear, Bershka, Oysho, Uterqüe, Lefties y Stradivarius). Estas empresas buscan países proveedores que les permiten conseguir una mejor rentabilidad y una producción a bajo costo, en donde las mujeres encargadas de crear “la ropa que está a la moda” trabajan por salarios denigrantes. A pesar de ello, cuando son cuestionadas, las grandes empresas responden con argumentos como: “las fábricas que producen la mercancía no son de nosotros”, “nosotros no somos los que fijamos los salarios”, “se paga el sueldo mínimo establecido por la ley”… Así ha sido hasta ahora.

De tal modo, las habitaciones en donde laboran las mujeres en las fábricas, son pequeñas, no tienen buena iluminación y tampoco ventilación; las largas horas de trabajo ocurren, forzosamente, en posturas que son poco saludables y que provocan fatiga visual y lesiones musculares. Asimismo, la presión del trabajo las lleva a algunos extremos, como limitarse para ir al baño, beber o comer, con el fin de cumplir con el objetivo que les impusieron. Así, las empresas suelen hacer contratos de corta duración con el propósito de presionar al máximo a sus empleadas; no pagan baja por maternidad o por alguna enfermedad, y chantajean a las trabajadoras con frecuentes amenazas de despido.

En conclusión, pienso que la industria del vestido es un negocio que beneficia a algunos pero que también perjudica a muchísimas personas, sobre todo mujeres. Por eso ha sido tan importante la creación de organizaciones que luchan por los derechos de estas mujeres, quienes muchas veces por necesidad tienen que trabajar en tales condiciones. Si bien, cada vez existen más líderes femeninas en la industria textil que buscan cambiar la realidad que viven, sin embargo todavía falta mucho camino por recorrer, pues esta transformación se ha de completar por nosotros y nosotras que consumimos, concientizándonos e informándonos sobre dicha situación, y sumándonos a las organizaciones que luchan por erradicar esta terrible realidad de abuso y discriminación.

Referencias

Lowly. (2017). La realidad de la mujeres en la industria textil. Couture. Recuperado de: http://miradacouture.com/la-realidad-de-las-mujeres-en-la-industria-textil/53222/

Robles. M. (s.f.). Mujeres en la industria textil: radiografía de un trabajo patriarcal. Filo.news. Recuperado de: https://www.filo.news/Mujeres-en-la-industria-textil-radiografia-de-un-trabajo-patriarcal-l201902270001.html

SIPSE/Agencias. (2018). La industria textil el nuevo disfraz de la esclavitud. SIPSE.com. Recuperado de:  https://sipse.com/mundo/notas-especiales-industria-textil-trabajo-esclavitud-negocio-trabajadores-personas-sipse-noticias-282491.html

XLSEMANAL. (s.f.). La industria textil la más contaminada del planeta. Recuperado de: https://www.xlsemanal.com/conocer/sociedad/20181127/industria-textil-trabajadores-explotacion-laboral-condiciones-mujeres-asia.html

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