El Estado o Leviatán de Thomas Hobbes

Leviatan de Thomas Hobbes

Resumen: En el siguiente artículo se presentan de manera breve y sencilla las principales ideas expuestas por Thomas Hobbes en su famosa obra, Leviatán o la materia, forma y poder de un Estado eclesiástico y civil.

Introducción

Thomas Hobbes es considerado por algunos historiadores de la teoría política, como George Sabine: “el más grande de los escritores de filosofía política que han producido los pueblos de habla inglesa”, por el impacto que dejaron sus trabajos en la posteridad. Es quizá, propiamente, el primer politólogo.

Los escritos políticos de Thomas Hobbes tienen como antecedente las guerras civiles y surgen con la finalidad de apoyar la instauración del gobierno absoluto. La Europa de su tiempo, inmiscuida en un latente “estado de guerra”, se encontraba desconcertada. No había un orden a seguir; las leyes divinas habían sido puestas en duda por la Reforma y no se tenía un nuevo orden establecido. Los hombres no habían instituido una nueva moral y por lo tanto no tenían una idea clara de “justicia” que les permitiera continuar con sus sociedades.

Similar a Maquiavelo, una de las mayores preocupaciones que señala Hobbes en su Leviatán, su texto político más emblemático, es la unidad de un Estado fuerte, capaz de mantener la paz y permitir el desarrollo del hombre; objetivos que no pueden lograrse sin un estereotipo de “vida buena”. Hobbes plantea un Estado llamado Leviatán, al cual describe de la siguiente manera:

“[…] un hombre artificial, aunque de mayor estatura y robustez que el natural para cuya protección y defensa fue instituido; y en la cual la soberanía es un alma artificial que da vida y movimiento al cuerpo entero”.

Thomas Hobbes, Leviatán, (2006). p. 3.

El Leviatán será entonces constituido por una multitud de hombres que, a través de un contrato, ceden a un solo hombre –el soberano–, el poder absoluto a cambio de protección, paz y la posibilidad de una vida decorosa. Pues en estado de naturaleza sería imposible mantener una buena convivencia. Con esta idea, Hobbes sentó las bases del contractualismo, base de los Estados modernos.

Estado de naturaleza, según Hobbes

Antes de proponer una forma de gobierno, Hobbes estudiará la naturaleza humana, misma que le resulta desconfiada y competitiva. Según este filósofo, el hombre es, en general, igual en capacidades y potencias; no obstante, de esa igualdad procede la desconfianza, ya que, al ser iguales en capacidades, todos los hombres desean y merecen lo mismo; sin embargo, no todos podrán tener lo mismo. De la desigualdad entre los iguales aparece la competencia y la enemistad, mismas de las que se deriva un estado de guerra y una constante lucha.

Dado que las diferencias entre hombre y hombre son mínimas, lo que es poseído por uno es deseado por el otro y sin existir ningún impedimento que prohíba al segundo intentar arrebatar al primero lo que es «suyo”, éste puede hacerlo, incluso a través del asesinato. Durante este período o estado de naturaleza, no existe la propiedad y las cosas sólo pertenecen a cada hombre según pueda conservarlas; por lo que hay constante desconfianza y miedo. Por estos motivos es preciso encontrar, o en su defecto construir, una fuerza común y mayor a todos los hombres, un poder que sea superior y bajo el cual se encuentren todos atenidos, con el fin de garantizar la integridad, orden y seguridad de los iguales.

“En esta guerra de todos contra todos, se da una consecuencia: que nada puede ser injusto. Las nociones de derecho e ilegalidad, justicia e injusticia están fuera de lugar. Donde no hay poder común, la ley no existe: donde no hay ley, no hay justicia”.

Thomas Hobbes, Leviatán, (2006). p. 104.

Por lo tanto, se necesita un poder común, que no es más que el gran Leviatán, el Estado absoluto, que al ser respetado por todos los hombres, es capaz de instaurar el orden y la paz, siendo de este modo posible el desarrollo de una vida conveniente. Éste debe proveer las normas necesarias para vivir en armonía y que ésta no dependa de cada individuo, de su fuerza o de su ingenio.

El Estado o Leviatán

El Estado o Leviatán de Hobbes se funda en el miedo y la supresión de los derechos individuales para entregárselos a un ser capaz de crear y hacer ejercer las leyes, es decir, aquellas reglas que ordena el Estado para que el súbdito pueda distinguir entre lo justo y lo injusto, lo apegado a la ley y lo que le es contrario [1]. La cesión voluntaria de los derechos, la restricción hacia uno mismo resulta posible sólo bajo el instinto de conservación, pues todo hombre desea el poder, todo hombre quiere tener el dominio sobre los demás. Tanto es el deseo humano de dominio, que Hobbes proclama un poder mayor a cualquier individuo para que ninguno le supere en fuerza.

“La causa final, fin o designio de los hombres (que naturalmente aman la libertad y el dominio sobre los demás) al introducir esta restricción sobre sí mismos (en la que los vemos vivir formando Estados) es el cuidado de su propia conservación y, por añadidura, el logro de una vida más armónica […]”.

Thomas Hobbes. Leviatán, (2006). p. 137.

Al perderse la ley divina, el hombre no tiene más opción que construir su propia seguridad y leyes: es decir, un Estado. Lo más importante, a este respecto, es para Hobbes, la unidad del poder representado por el soberano absoluto, en quien recae toda la soberanía, con el propósito de que otro poder no quiera igualarle y se caiga nuevamente en un estado de discordia. Por ello los súbditos están dispuestos a respetarle, por propia conveniencia, siempre y cuando sea capaz de protegerlos, pues esta sumisión sólo habrá de durar el tiempo que el Estado sea capaz de protegerles. [2]

Conclusión

Las ideas asentadas en el Leviatán, de Thomas Hobbes, publicado por primera vez en 1651, son fundamento de los Estados modernos, en los cuales se da por sentado un contrato entre hombres y gobierno. En dicho contrato, se establece que el gobierno garantizará, a través de leyes y el ejercicio del poder, la justicia, libertad, y, los medios necesarios para que los ciudadanos se desarrollen y tengan una vida decorosa. De acuerdo con Hobbes, ese contrato duraría el tiempo que el Estado sea capaz de cumplir con su parte.

Actualmente, estamos frente a una gran crisis, económica, política y ecológica global, que está poniendo a prueba a todas las naciones. Los altos índices de pobreza, contaminación y violencia, ponen en duda dicho contrato social; por lo que, es menester que, tal como hizo Hobbes en sus tiempos, repensemos la política y la organización social, con el fin de crear una nueva idea de gobierno, que atienda al tipo de personas que somos hoy, y las necesidades actuales.

Frases de Leviatán, de Thomas Hobbes

“[…] Leviatán que llamamos república o Estado (en latín civitas) que no es sino un hombre artificial, aunque de mayor estatura y robustez que el natural para cuya protección y defensa fue instituido; y en la cual la soberanía es un alma artificial que da vida y movimiento al cuerpo entero […]”. Thomas Hobbes.

“Cuando decimos de una cosa que es infinita, significamos solamente que no somos capaces de abarcar los términos y límites de la cosa mencionada, con lo que no tenemos concepción de la cosa, sino de nuestra propia incapacidad”. Thomas Hobbes.

“Cuando los hombres que se juzgan a sí mismos más sabios que todos los demás, reclaman e invocan a la verdadera razón como juez, pretenden que se determinen las cosas, no por la razón de otros hombres, sino por la suya propia; pero ello es tan intolerable en la sociedad de los hombres, como lo es en el juego, una vez señalado el triunfo, usar como tal, en cualquiera ocasión, la serie de la cual se tienen más cartas en la mano. No hacen, entonces, otra cosa tales hombres sino tomar como razón verdadera en sus propias controversias las pasiones que les dominan, revelando su carencia de verdadera razón con la demanda que hacen de ella”. Thomas Hobbes.

Bibliografía

Hobbes, Thomas. (2006). Leviatán o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil. México: Fondo de Cultura Económica.

Leo Strauss y Joseph Cropsey (compiladores) (2017). Historia de la filosofía política. Fondo de Cultura Económica.

Sabine, George H. (1988) Historia de la teoría política. México: Fondo de Cultura Económica.

Notas

[1] V. Ibid. p. 217.

[2] Cfr. Ibid. p.180.

Absolutismo

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