Inteligencia artificial y su papel en la sociedad neoliberalista transmediática

inteligencia artificial y neoliberalismo

Actualmente, en el segundo decenio del siglo XXI, la existencia humana se encuentra totalmente ligada a las redes de comunicación digital. De tal forma, páginas web, redes sociales, bancas en línea, periódicos, etc., cumplen un papel clave para el desarrollo de la actividad humana, tanto individual como colectivamente. Dentro de este contexto, ha surgido una serie de nuevas páginas web, en las cuales, las personas tienen la posibilidad de escribir instrucciones y que éstas, mediante inteligencia artificial, sean cumplidas; dicho proceso computacional ha sido llamado machine learning o aprendizaje computacional. Las posibilidades de la IA (inteligencia artificial) en la web 2.0, son enormes, ya que puede crear documentos escritos, como ensayos, monografías, cuentos…; construir planes financieros para negocios; realizar videos, imágenes, y mucho más, en cuestión de segundos. Entonces, como es de esperarse, el debate sobre las limitaciones y alcances de la IA ha ido creciendo de forma exponencial.

Pero, ¿para qué sirven las páginas web con inteligencias artificiales? A primera vista, la respuesta puede parecer sencilla; no obstante, tiene un trasfondo sumamente complejo. Las páginas que utilizan IA, como: Escribelo.ai, ChatGPT, Writeup.ai, Shortly, BLOOM, Copy.ai, Writesonic, etc., son denominadas “chatbots” y se presentan como herramientas que facilitan a las empresas e individuos una variedad de labores. Es decir, las inteligencias artificiales tienen como fin ayudar a las personas a realizar con mayor facilidad algún trabajo en específico.

De tal modo, las motivaciones que tienen las personas para usar las páginas con IA convergen en un punto común: lograr con mayor eficiencia y rapidez alguna tarea. Por ello, habría que preguntarse, ¿por qué queremos ser más eficientes y rápidos realizando tareas? La respuesta a esta pregunta es compleja; aun así, en este punto se puede decir que los seres humanos modernos, desarrollados en el capitalismo hegemónico, buscamos con mayor vehemencia ser más productivos para así satisfacer una idea de “deber ser” presente como ideal de vida en la modernidad.

Así mismo, este “deber ser” ha demostrado inducir al individuo a un deseo de hiperconsumo, que inevitablemente tiene que ser cumplido mediante la generación de capital económico. Entonces, las páginas que utilizan IA mediante machine learning, de alguna manera, reproducen las formas y modos, tan criticables, de la sociedad capitalista moderna. Por lo anterior, el presente documento tiene la intención de responder: ¿Qué efectos sociales tiene la utilización de las inteligencias artificiales en páginas de la web 2.0?, ¿qué efectos individuales tiene la utilización de las inteligencias artificiales en páginas de la web 2.0?, ¿cómo y por cuáles medios se promueve el uso de las inteligencias artificiales como herramientas para ser más productivos?

De tal forma, el primer paso para comenzar a responder tales preguntas, es definir algunos conceptos importantes que se utilizarán durante toda la extensión de este documento. Así, la primera definición que presentaré es la de inteligencia artificial, a la cual entiendo como una réplica de la inteligencia humana, siguiendo lo planteado en la conferencia impartida en 1956 en el Dartmouth College por John McCarthy, Marvin Minsky, Claude Shannon y Nathaniel Rochester, quienes concluyeron (a pesar de que en 1943 Walter Pitts y Warren McCulloch propusieran analizar al cerebro como un organismo computacional, para de esa manera lograr fabricar ordenadores que funcionaran igual o mejor que nuestra propia mente) que las máquinas que operan de manera similar al cerebro humano, tendrían que ser llamadas inteligencias artificiales (Abeliuk y Gutierrez, 2021).

Entonces, las IA son réplicas de la inteligencia humana[1]; por ende, es fácil entender por qué sus aplicaciones han ido creciendo exponencialmente desde la conferencia en Dartmouth. Ahora bien, otro de los términos utilizados en esta investigación es machine learning o aprendizaje computacional, mismo que tiene su origen en los años 80s, cuando Gerald Dejong presentó su concepto Explanation Based Learning (EBL), el cual, definía un proceso computacional de aprendizaje automático basado en las siguientes reglas: primeramente, se debía partir de una instrucción consistente en una orden de solución de un problema específico, para después recibir de la máquina todas las respuestas que pudiera formular, mismas que estaban basadas en datos previamente introducidos en aquélla. Así, tal proceso computacional debía, antes de entrar en acción, estar cargado con ejemplos y criterios programados por sus operadores (Hinestrosa, 2018).

20 años después de la presentación del Explanation Based Learning, las grandes empresas tecnológicas como Microsoft, IBM, Google, etc., comenzaron a aplicar sistemas de machine learning para organizar las bases de datos de los diferentes sitios web que tenían en su posesión. Así, podemos decir, con Manuel Castells, que la web 2.0 –siendo hoy el medio masivo que interconecta a la sociedad y que además es el lugar de alojamiento de la IA (misma que utiliza machine learning)– conforma un:

[…] grupo de tecnologías, dispositivos y aplicaciones que sustentan la proliferación de espacios sociales en Internet gracias a la mayor capacidad de la banda ancha, el revolucionario software de código abierto y la mejor calidad de los gráficos y el interfaz, incluyendo la interacción de avatares en espacios virtuales tridimensionales. (2009: 101)

Ahora bien, ya que se ha explicado la idea de IA –como concepto fundamental–, machine learning –como método de desarrollo de la IA–, y web 2.0 –como su lugar de existencia de la IA– es pertinente pasar a responder: ¿qué efectos individuales tiene la utilización de las inteligencias artificiales en páginas de la web 2.0? Aunque la respuesta tiene múltiples dimensiones, lo primero que llama la atención es que ya para el segundo decenio del siglo XXI, los productos electrónicos con acceso a internet, como teléfonos celulares, computadoras, etc., están entramados en la subjetividad del ser humano, es decir, la tecnología está introducida en la construcción del yo como individuo.

Así, los seres humanos modernos, que dependemos de los medios de comunicación para mantenernos al tanto de los hechos que acontecen en el espacio-tiempo en el que vivimos, hoy día encontramos tales fuentes de información presentes en una gran variedad de aparatos electrónicos con acceso a internet –medios de comunicación digitales–. Cabe anotar que ya desde los estudios positivistas de Lasswell o Lazarsfeld, hechos en la primera mitad del siglo XX, se descubrió que los medios de comunicación pueden cambiar de una u otra manera el modo en el que las personas perciben su realidad,[2] dependiendo del mensaje mandado. Entonces, siguiendo esa misma línea argumental, los nuevos medios de comunicación también formulan la subjetividad y la objetividad del ser. Sin embargo, estos medios digitales son aún más precisos cuando se trata de configurar una idea de mundo en el individuo, dado que las narrativas actuales son presentadas por distintos conglomerados mediáticos; hecho que es llamado por los teóricos: narrativa transmedia (Albaladejo y Sanchez, 2019).

Entonces, las personas están bajo la constante imposición ideológica de un “deber ser” a través de distintos medios. Pero, ¿cuál es este deber ser y cómo se relaciona con el uso de la inteligencia artificial? Byung Chul Han en su libro La sociedad del cansancio (2012), describe cómo en el mundo capitalista neoliberal, para el ser humano ser productivo está directamente relacionado con la satisfacción, lo cual provoca que los individuos busquen de forma empecinada distintos métodos para lograr una mayor productividad. Y, por supuesto, en los últimos años el uso de chatbots se ha difundido transmediáticamente en la sociedad–a través de  periódicos digitales, blogs, revistas online, videojuegos, redes sociales, etc.– como automatizadores de tareas o herramientas para, precisamente, aumentar la productividad.

Como consecuencia, la sociedad moderna también se caracteriza por una gran cantidad de patologías relacionadas con el cumplimiento de esas metas del “deber ser”. Por ello, enfermedades mentales como la ansiedad, el estrés y la depresión han crecido exponencialmente en todos los grupos de edad en la sociedad. Pero, los problemas patológicos de los individuos solo son la punta del iceberg, porque en tanto el ser físico sufre de enfermedades, el ser no físico o subjetividad –formada transmediáticamente–  se ve cosificado a tal punto que, los humanos se entienden a sí mismos como un valor capital.

En resumen, el uso de páginas web con machine learning es presentado a través de los medios digitales como una herramienta para aumentar la productividad, lo cual hace que las personas susceptibles y dependientes de las narrativas ficcionales mediáticas, condicionen su habitus –entendido como el conjunto de patrones de acción, pensamientos y sentimientos que definen al ser humano (Bourdieu, 2001)– para poder cumplir con esas falsas metas del «deber ser», lo que a su vez genera afectaciones físicas como enfermedades mentales y afectaciones subjetivas como las transformación del ser en producto del capital.

Ahora bien, ¿qué efectos sociales tiene la utilización de las inteligencias artificiales en páginas de la web 2.0? Del mismo modo que el tema anterior, esta pregunta tiene un sin fin de aristas. Sin embargo, lo primero que se tiene que tomar en cuenta es que la sociedad moderna está formada por un conjunto de individuos estresados, deprimidos y tambien refugiados en placeres efímeros, como el sexo, las drogas, etc. A palabras de Gilles Lipovetsky:

El hombre moderno “sólo está obsesionado por las «cosas» en apariencia: lo que en realidad espera es una «sobreabundancia de ser», convulsiones eróticas y extasiantes que le liberen de la pesadez de su condición” (2010: 198).

Otra de las características de la sociedad del siglo XXI es que lo que el humano desea se convierte en algo obtenible mediante el intercambio económico; por ejemplo: el alimento, la salud, el transporte, la vivienda, etc.; todos bienes que, inevitablemente, tendrán que ser obtenidos a través de intercambios de dinero, el cual se gana siendo parte de la masa trabajadora. Y en el caso el internet –lugar de existencia de las páginas web con IA– también es un campo de juego perfecto para generar flujos de capital.

En este punto cabe aclarar que, creer que las páginas web que utilizan chatbots tienen fines altruistas es un rotundo error, ya que en realidad estas páginas son creadas como un modelo de negocio que reproduce el paradigma capitalista neoliberal, porque, al interactuar los cibernautas con ellas, las empresas creadoras obtienen información personal mediante cookies, la cual es utilizada para presentar publicidad personalizada que induzca a los seres sociales a comprar las cosas que creen necesitar.

Y desafortunadamente, las empresas dueñas de páginas basadas en IA van más allá en cuanto a la reproducción de los modos de la sociedad capital-neoliberalista, ya que, recientemente, una investigación hecha por el canal de noticias alemán DW ha demostrado cómo las grandes corporaciones dueñas de chatbots, contratan a personas de los sures globales bajo sueldos y condiciones laborales paupérrimas, para recopilar la información con la que la IA se entrena y con la que se imponen publicidades a los usuarios (Canal DW Español, 2023).

Ahora bien, hasta este punto se ha expuesto que el uso de páginas web basadas en IA reproducen los modos del capital en diferentes aspectos. Sin embargo, no se debe perder de vista que otra de las consignas principales del paradigma occidental capitalista neoliberal, es la idea de libertad: libertad en la economía, libertad de expresión, libertad de culto, etc. (Chul Han, 2014) 

Pero, ¿qué tan libres somos?, y, ¿qué tiene que ver la libertad con las IA? La idea de ser libre, sin duda alguna, está permeada por las posibilidades socioculturales con las que se nace, de tal modo que, una persona nacida en el centro de América tendrá una libertad diferente a la de una persona nacida en el norte de Europa. No obstante, en todos los países occidentalizados, existe una característica fundamental para la existencia del sistema y son los ejercicios de poder y control realizados por gobiernos y empresas.

Anteriormente, se habló de la imposición de lo que debe ser el habitus del sujeto en la sociedad moderna; no obstante, existen más formas de controlar a los sujetos y a la sociedad en conjunto. Y una de ellas según Byung-Chul Han (2014) es la vigilancia a través de los dispositivos electrónicos, porque, como se mencionó anteriormente, la tecnología está entramada con el desarrollo mental de las personas, lo que provoca que cada aspecto de nuestra vida esté cuantificado en algoritmos que sirven para observar comportamientos, ideas y deseos.

En conclusión, se puede decir que la promoción del uso de inteligencias artificiales a través de los medio de comunicación digitales, es un reflejo del paradigma capitalista occidental neoliberal, dado que, implantan en la subjetividad del individuo la idea de productividad, mientras obtienen información personal, la cual es usada para vigilar e imponer otras características de la ideología moderna, como el consumo.

Así, las empresas dueñas de las páginas que utilizan IA son tan solo una extensión más del conglomerado empresarial que sustenta el mundo capitalista. Y, aunque es innegable que la innovación y las posibilidades de las IA son cosas útiles, no se debe dejar de lado el hecho consistente en que su funcionamiento está basado en los sistemas laborales de explotación moderna.

Por otro lado, también es pertinente criticar a los individuos que descuidadamente lanzan mensajes a la web 2.0, ya que reproducen la ideología neoliberal y sus narrativas transmediáticas, sin darse cuenta de que el alcance de sus palabras trasciende de forma negativa en la configuración histórica de la sociedad, porque las realidades de la actualidad se construyen principalmente por los medios de comunicación digitales, y quien tenga el poder de difusión en esas redes de internet, tendrá, en sus códigos, el poder para cambiar al mundo.

Referencias bibliográficas

Abeliuk, A. y Gutierrez, C. (2021). Historia y evolución de la inteligencia artificial. Recuperado de: https://revistasdex.uchile.cl/index.php/bits/article/download/2767/2700/10150

Bourdieu, P. (2001). Poder, derecho y clases sociales, segunda edición. Editorial Desclée de Brouwer. España. Recuperado de: https://erikafontanez.files.wordpress.com/2015/08/pierre-bourdieu-poder-derecho-y-clases-sociales.pdf

Byung-Chul Han. (2012). La sociedad del cansancio. Herder. España.

Byung-Chul Han. (2014). Psicopolítica, neoliberalismo y nuevas técnicas de poder. Herder. España.

Canal Dw Español. (27 ene 2023). ¿Nueva esclavitud impulsada por la inteligencia artificial? [Archivo de Vídeo]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=gf6IDW1lWZ0

Hinestrosa, D. (2018). El machine learning a través de los tiempos, y los aportes a la humanidad. Universidad Libre Seccional Pereira: Facultad de Ingenierías. Recuperado de: https://repository.unilibre.edu.co/bitstream/handle/10901/17289/EL%20MACHINE%20LEARNING.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Lipovestki, G. (2010). La felicidad paradójica Ensayo sobre la sociedad del hiperconsumismo. Anagrama. España.

Ortega, S. y  Martínez, J. (2019). El ecosistema mediático de la ficción contemporánea: relatos, universos y propiedades intelectuales a través de los transmediales worlds. Icono 14. 17 (1). 15-38.


Notas

[1] Inteligencia entendida como la capacidad de reconocer y solucionar problemas.

[2] En este caso, el concepto realidad hace alusión al conjunto de normas morales, sociales e individuales que todo humano perteneciente a la sociedad tiene que cumplir para encajar.

Salir de la versión móvil