Tradicionalmente el Renacimiento es ubicado en los siglos XV y XVI; no obstante, sería ingenuo pensar que las ideas humanistas que marcaron dicho periodo, surgieron de la noche a la mañana. Desde el siglo XII varios eruditos italianos comenzaron a reavivar entre sus contemporáneos el interés por la cultura, literatura y filosofía griega, más allá del pensamiento aristotélico, tan estudiado durante la Edad Media. Esto permitió que a finales del siglo XIII e inicios del XIV surgieran personajes tan notables para el humanismo renacentista, como: Dante Alighieri, Francisco Petrarca y Giovanni Boccaccio, quienes a través de sus letras plasmaron el espíritu que caracterizaría tal época.
De acuerdo con George Holmes, desde el siglo XIII el arte toscano logró liberarse del influjo eclesiástico, por lo que en Florencia apareció un selecto grupo de intelectuales seglares, los cuales influyeron en el pensamiento de Dante, gracias a lo cual conoció de manera excepcional a los poetas latinos y provenzales, lo mismo que el derecho romano. Ese mismo siglo, el idioma italiano surgió como un medio de expresión literario; sin embargo, como lengua vulgar, carecía de tradición y las composiciones escritas en dicho idioma no podían compararse con las grandes obras, hasta que Dante con su pluma, elevó y pulió el italiano, generando por primera vez, en tal lengua, una composición digna de convertirse en clásico, la Comedia.
Además de la impresionante belleza de sus letras, Dante aportó, a través de sus obras, importantes reflexiones, críticas e ideas que servirían de fundamento a la Europa renacentista. Criticó a la Iglesia y defendió la autonomía del poder político frente a ésta; resaltó una doble condición humana, capaz de trascender hacia la virtud o degenerarse en la corrupción, gracias a su libertad y razonamiento; motivos que, en su libro, Monarquía, le ayudaron a sentar las bases que más adelante permitirían a pensadores renacentistas y modernos, hablar de derechos y dignidad humana.
Durante esta época, la aparición de mecenas, el desarrollo artístico y literario, la fundación de nuevas bibliotecas, la creciente comercialización de libros y la traducción de obras clásicas al latín, generaron que desde finales del siglo XIII y hasta el siglo XVI, la humanidad revalorizara su capacidad creativa y racional fuera de temas religiosos. Los pensadores y artistas hicieron hincapié en la libertad y dignidad humana como principios rectores del individuo, el cual, a los ojos de los renacentistas, tenía perfecta capacidad de autodeterminarse. De este modo la cultura se vio influenciada por el humanismo, movimiento que promovió el conocimiento surgido del razonamiento y ya no de la revelación.
En el área filosófica, el reinado aristotélico fue decayendo frente a un renovado interés por la obra de Platón, quien influyó en personajes tan destacados como Marsilio Ficcino y Giovanni Pico della Mirandola, quienes fueron los pensadores más representativos del neoplatonismo renacentista.
Fuera de Italia, en Inglaterra, España, Francia y otros países de Europa, el pensamiento humanista del Renacimiento floreció a través de importantes personajes, como: Erasmo de Rotterdam, Tomás Moro, Luis Vives y Michel de Montaigne.
Por otra parte, la creciente secularización de las actividades científicas y el anhelo de retomar a la naturaleza como objeto de estudio, motivaron a investigadores, inventores y científicos a superar los límites que sus disciplinas habían sufrido durante la Edad Media, por lo que lograron realizar grandes avances, principalmente en las áreas de: astronomía, física y anatomía.
A través de este número sobre Humanismo y Renacimiento, época que se puede considerar inaugurada por el pensamiento de Dante Alighieri, quisimos sumarnos a los festejos realizados en honor al autor de la Divina Comedia, ya que el 2021 ha sido designado como su año, debido a que el 14 de septiembre se cumplen 700 años de su muerte.
Contenidos de este número
Filosofía
Historia
Arte
Cultura
Ciencia
Análisis literario
Cuento
Poesía
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