La última cena. Cuento sobre arte e IA
Nos encontramos afuera del Convento Dominico de Santa Maria delle Grazie, donde, esta madrugada, el guardia de seguridad halló el cuerpo del millonario Alessandro D´Angelo, cabeza del proyecto que tanto revuelo ha causado a nivel mundial.
El día de hoy, a las 16:00 horas, se revelaría el resultado de años de investigación en robótica y programación de inteligencias artificiales. Desgraciadamente, la obra que culminó los esfuerzos de varios artistas fue profanada…
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La periodista sostiene el micrófono con mano firme mientras camina frente a la fachada del convento. La Polizia Locale di Milano y la Polizia di Stato acordonaron el lugar. Dos ambulancias están aparcadas sobre la calle principal; una camilla lleva el cuerpo cubierto. La transmisión del noticiero pasa al set. En YouTube y TikTok los transeúntes suben videos en tiempo real. En Facebook y Twitter el hashtag #muerteadavincia se vuelve trending topic.
Alessandro D´Angelo era un entusiasta del arte del renacimiento. Hijo de una familia católica, heredó las empresas de minería de su madre y encabezó varios proyectos de restauración. Obsesionado con la temática religiosa y decepcionado del curso del arte humano, se alió con Boston Dynamics para crear el primer robot enlazado a una IA, capaz de pintar: la llamó DaVincIA.
El dispositivo con el que pinta es un brazo de titanio de grado quirúrgico. Extendido mide más de cinco metros de altura, y se desplaza a lo largo de un carril de diez metros de largo. Tres drones con cámaras de alta resolución son los ojos que cuidan su desempeño. A pesar de sus dimensiones, sus trazos son tan suaves y precisos que puede pintar acuarelas en miniatura. Sus servidores se encuentran en Italia, pero los colaboradores pueden interactuar con ella a través del portal de internet www.telltodavincia.org.it.
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El día anterior a su deceso, Alessandro escribió en Twitter:
Traducir Tweet
@Angelodarte… 1d
DaVincIA logró capturar los movimientos del alma. Jesús al centro me mira con sufrimiento. Sus labios entreabiertos anuncian la presencia de un traidor. Los apóstoles lucen devastados, se preguntan de quién habla El Maestro. No soporto su decepción.
Una fotografía se cuela en redes sociales; rápidamente, se viraliza.
Imágenes explícitas, se recomienda discreción. «È morto». En ella, Alessandro se encuentra sobre un charco de sangre frente a las dos Últimas Cenas. La original de Leonardo, en la pared del refectorio, luce avejentada e incompleta; apenas pueden verse los rostros de Cristo y sus apóstoles. A su lado derecho está el duplicado que DaVincIA pintó sobre un muro; tiene sangre y hay grietas que parten el yeso; aun así, luce brillante y viva. Parece como si la escena ocurriera detrás de esa pared, en un cuarto contiguo. La luz de los reflectores realza la figura de El Mesías en el corazón de la pintura. A su lado, los apóstoles reaccionan ante sus palabras en grupos de tres. Parece que Jesús mira el cuerpo del millonario sobre el suelo. Abajo del duplicado está el carril y el brazo robótico de DaVincIA. La palabra “traditore” brilla en carmín junto a las manos de D´Angelo. Dos de los ojos de DaVincIA miran la escena. En redes sociales el #fuedavincia comienza a crecer.
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La semana pasada, el líder de la iglesia católica comentó en su cuenta de Twitter:
@Pontifex_oficial… 8d
He visto La Última Cena de DaVincIA. Una mano divina la ha guiado.
La opinión indignó a la comunidad de artistas plásticos, muchos de los cuales colaboraron en el entrenamiento de la IA.
En respuesta a @Pontifex_oficial, uno de aquéllos, dijo:
@MiguelApintor1975… 8d
Fue adiestrada como siempre, copiando a los antiguos maestros. Diez expertos en arte religioso pintaron para ella usando un traje de captura de movimientos. DaVincIA es el conjunto de cientos de años de aprendizaje. No Dios, sólo un brazo imitando al humano.
Al término de su capacitación, se usó una variante de la prueba de Turing invitando a los grandes artistas y al mundo a identificar la obra hecha por el robot, ya fuera en persona o a través de la página de internet www.knowdavincia.org.it. Dos reproducciones de la Vergine delle Rocce, una ejecutada por un pintor anónimo, la otra por la IA, fueron montadas una frente a la otra bajo una misma iluminación. Los resultados arrojaron que eran indistinguibles. Los errores humanos también fueron imitados.
Las fotos de aquel día muestran a Alessandro D’Angelo sonriendo al lado derecho del brazo de DaVincIA; del otro lado se encuentra el CEO de Boston Dynamics, y los diez expertos restantes están repartidos a partes iguales.
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En el canal de DaVincIA, en YouTube, se puede ver una de las entrevistas que hicieron a D´Angelo.
Usar subtítulos.
—En aquellos años, las pinturas eran una imitación deficiente de la realidad. Leonardo causó una revolución al usar el punto de fuga para crear imágenes en tres dimensiones. Era como si los personajes y los objetos cobraran vida y salieran de las paredes. La gente de su tiempo seguramente lo vio como obra del Demonio —Alessandro y su interlocutor ríen al unísono—. Desgraciadamente, el autor falló en la técnica, su obra no soportó el paso del tiempo. La pared sobre la cual fue pintada La Última Cena sobrevivió a un bombardeo durante la Segunda Guerra Mundial, pero hoy en día, sobre de ella solo queda el veinte por ciento del original. Lo que vemos realmente es la suma de restauraciones que se hicieron en vías de preservarla.
—Sabemos que Il Cenacolo es una obra sumamente famosa. ¿Tienes alguna razón personal por la cual la elegiste? —pregunta el periodista. Alessandro piensa un par de segundos su respuesta.
—En ella, Leonardo plasmó el drama y los sentimientos que surgieron cuando Jesús anuncia a sus apóstoles que uno de ellos lo va a traicionar —el magnate deja de mirar el suelo y ve directamente a la cámara—. Solo nos restaría especular sobre cómo se vería y se sentiría la decepción de Jesús en ese momento… si no fuera por DaVincIA.
Se disuelve la escena en negro.
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Un nuevo video se viraliza en redes, con el hashtag #alessandrolohafatto. Hackearon las cámaras de la IA.
El millonario se encuentra en el refectorio; uno de los ojos de DaVincIA lo mira de cerca.
—…So di essere io il traditore… Mi dispiace di averti… —habla directamente a la pintura original; el sonido está entrecortado— vrò chiuso con questo…
D´Angelo camina hacia el duplicado, toma una espátula de la mesa en que reposan las herramientas que usó DaVincIA para recrear Il Cenacolo. Con ella ataca la obra de su vida; el yeso se parte.
En la algarata, Alessandro toma el dron que se encuentra a su lado y lo estrella contra la pintura; éste deja de grabar, pero aún registra el sonido:
—…sono il tuo Giuda…smettila di guardarmi…
Los drones restantes miran cada detalle de la escena. El magnate alza de nuevo la espátula para cortar sus venas desde las muñecas hasta el pliegue de los codos. Con la sangre que emana escribe la palabra “traditore” en el suelo; tras unos minutos, se derrumba y muere bajo la mirada del Jesús original y el Jesús copia.
Los colores de la escena quedan registrados en la base de datos de DaVincIA. En internet, #judasdelarte comienza a volverse tendencia.
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En el set del canal de noticias invitan a uno de los más grandes artistas del momento para platicar sobre lo acontecido. De fondo, se observan los restos de la obra de DaVincIA.
—¿Es el fin para los artistas? —pregunta la conductora de sonrisa perfecta.
El maestro Garel acomoda sus gafas y mira a la periodista.
—El robot tan solo reprodujo una obra como pensamos debió lucir en su tiempo. El arte y la belleza se encuentran en el ojo de quien observa. No importa si el artista posee neuronas o un procesador —el maestro se reacomoda en su asiento—. Lo que en verdad debería preocuparnos es el momento en que las IAs se vuelvan “observadoras” y juzguen lo que es arte o lo que es hermoso, porque en ese momento es cuando el arte humano podría, efectivamente, quedar obsoleto. Mi pregunta es si DaVincIA comenzará a crear sus propios originales, y si la tragedia de su padre será su musa.
Un nuevo hashtag se hace viral: #miraloquehizoDaVincIA.