Biografía de Erasmo de Rotterdam escrita por Stefan Zweig (reseña)
Ficha técnica
Título: Erasmo de Rotterdam: Triunfo y tragedia de un humanista
Autor: Stefan Zweig
Género: Biografía
Idioma original: alemán
Editorial: Createspace Independent Publishing Platform
Número de páginas: 144
En la biografía, Erasmo de Rotterdam: Triunfo y tragedia de un humanista, Stefan Zweig nos presenta, desde un sentimentalismo individual, pero no por ello carente de una perspectiva crítica, a un personaje adelantado a su época, mismo que forjó desde las sombras de su estudio los movimientos que dieron forma a la concepción de la moderna Europa protestante. El autor mantiene una constante contradicción en cuanto a la percepción de Erasmo, pues no olvida la parte más sensible del humanista. Aquel a quien acudían papas, príncipes y nobles para buscar consejo, fue también un hombre carente de toda lozanía. Pero la esquiva actitud hacia la suciedad y los enfrentamientos, que muchos podrían tachar de cobardía, asegura Zweig, más que denigrar la persona del humanista lo eleva sobre la dimensión del vulgus profanum, porque, de manera opuesta, esa grandeza residía en el amplio conocimiento que Erasmo tenía de sus propias limitaciones. Una serie de ideales de paz y amistad entre los pueblos, en un tiempo en el cual Europa volvía a descubrir las artes y las ciencias, era el motor que impulsaba la elocuencia que brotaba como maná de una pluma que solo conocía los trazos de un latín humanista. Denunciante del fanatismo y la ignorancia, el autor se refiere a Erasmo como “El primer europeo consciente de serlo”.
Sinopsis
La apoteosis del humanista abre el relato con una misión que se ha originado a partir del amor, sincero amor, que ofrecen la cultura y las bonae litterae. Así llegan, casi como consecuencia y no como detonantes, las inclinaciones y rasgos personales de Erasmo de Rotterdam. Su predilección por la poesía, las artes, los libros, las lenguas y los pueblos, habla de un noble ánimo que inyecta de vitalidad la obcecación y sed de reforma que desarrolló a lo largo de su vida. Para entender el divino amor que siente el humanista hacia todos aquellos elevados placeres del espíritu, es menester entender su personalidad, misma que lo mantuvo alejado de luteranos, católicos y demás movimientos impregnados por el mismo fanatismo.
Al ser hijo ilegítimo de un sacerdote, el joven Erasmo tenía muy pocas oportunidades dentro de la sociedad europea tradicionalista del siglo XV, por lo que, una de las salidas más apropiadas era ingresarlo en un monasterio. Decisiva oportunidad, pues en estos recintos descubrió, el temprano humanista, los rígidos e irracionales tratos que reciben, e imparten, los trabajadores de la fe. Esos recintos, cija de fanatismo y disciplina, contaban con bibliotecas bien nutridas. Así, Erasmo no solo descubría la acidez de los espartanos tratos propios de frailes, sino que encontraba, en los clásicos, las más sublimes ideas que despertaban en el mancebo un espíritu más de reforma y libertad que de conformismo y sumisión. Pero el tranquilo ánimo de Erasmo, más propenso al diálogo, al consenso y la concordia que al enfrentamiento y la pelea, le valió para perseguir su anhelo: la unificación de una Europa en pleno renacimiento, por el espíritu y no por la espada. Censurando la ignorancia con sutil elocuencia y buscando un acercamiento más popular al mensaje de Cristo, Erasmo se granjeó seguidores y enemigos, entre los que se encontraba Martín Lutero. Cuando la reforma protestante ya no podía ser ignorada, Erasmo mantuvo una integridad que, tanto el papa como los cabecillas de la reforma, querían ganar para sí. La libertad y el trabajo fueron los únicos valores que Erasmo persiguió con verdadero ahínco hasta el último momento, cuando los labios acostumbrados al florido latín humanista pronunciaron por última vez en su natal neerlandés “Heve God”.
Estructura de la obra
Erasmo de Rotterdam: Triunfo y tragedia de un humanista está compuesto por diez capítulos en los que el autor va presentando los acontecimientos que originaron el desarrollo de una reforma humanista, misma que sería interpretada de un modo contrario al previsto por el roterodamo. En estos episodios, se describe la estrecha relación entre la vida privada de Erasmo y los acontecimientos históricos de su tiempo, como la división entre protestantes y católicos en la Europa renacentista.
Capítulos de Erasmo de Rotterdam: Triunfo y tragedia de un humanista:
I. Misión y sentido de la vida.
Se presentan, como guías, los principales valores que regirán la vida del humanista, así como aspectos personales que darán origen al personaje.
II. Ojeada a la época.
Es mostrado el contexto cultural de la época, en cuanto al pensamiento y la razón. Un renacimiento en todas las artes de Europa.
III. Juventud oscura.
El autor comienza, de manera formal, con la historia personal de Erasmo.
IV. Retrato.
Se toman en cuenta a los artistas implicados en la vida del humanista, así como un acercamiento fisionómico a la personalidad de Erasmo por medio de los retratos legados por Durero y Holbein. Erasmo comienza a ganar popularidad con sus escritos.
V. Grandeza y límites del humanismo.
Erasmo ha alcanzado una notable popularidad entre los círculos entendidos. Los nobles buscan su consejo. El autor aborda los principales fundamentos del pensamiento humanista como una inteligencia universal.
VI. El gran adversario.
Se presenta en el escenario histórico, el fraile agustino que servirá como detonante de un movimiento inspirado por los ideales de Erasmo, mas desvirtuado por el mismo fanatismo. La reforma protestante.
VII. La lucha por la independencia.
Ambos bandos presionan por la adición de Erasmo entre sus filas, pues se ha vuelto determinante para el éxito de ambos partidos (católico y protestante). Mas, el roterodamo sigue firme en su convicción de libertad.
VIII. La gran disputa.
Las raudas extremidades de la Reforma protestante se posan directamente sobre la imparcialidad de Erasmo. Enfrentamiento que toma forma en un intercambio de misivas entre el humanista y Lutero.
IX. El fin.
El autor remarca la bifurcación entre el pensamiento protestante y la última derrota erasmista. Tomando lugar el decisivo edicto de Augsburgo, en el remanente colectivo de una Europa saqueada por el fanatismo.
X. El legado de Erasmo.
El autor explica cómo, a pesar de parecer olvidado, el supremo fin de conocimiento universal erasmista es recogido por personajes posteriores al humanista.
Opinión personal
En un momento en que el fanatismo, de cualquier tipo, se vuelve regente de toda una generación europea, llevándola de la mano por un sendero lóbrego, las voces clásicas se escuchan con el débil eco de un idioma casi olvidado por el pueblo. Pero tales vocablos hablan directamente a un hombre; al humanista que vio, en tiempos de omnipresente ignorancia y abuso por parte de la única autoridad religiosa, una oportunidad de evolución en el sendero de la virtud; un progreso casi onírico que, de haber sido entendido, habría generado que la humanidad se codeara con musas y dioses. Erasmo no desprecia al vulgus profanum, sino que censura el ciego afán que les impide contemplar su verdadera esencia. Esencia que Erasmo conoció y volvió pública bajo el disfraz de la sátira y la elegante elocuencia, ante un verdugo tuerto que, sin miramientos ni preguntas, alimentaba una profana llama, gusto de herejes y disidentes. Mas la causa erasmista no murió en Basilea. Un suspiro quedó suspendido en el aire, el aire de las épocas, hablando a Montaigne, Spinoza, Kant, o a cualquier individuo espiritual. Como los clásicos hablaron a un imberbe en las bibliotecas de Steyn, así nos habla Erasmo a través de los tiempos. Con la esperanza de una mejor humanidad.
Publico recomendado
Académicos y público en general. Especialmente interesante para quienes busquen profundizar en las ideas y contextos que detonaron uno de los movimientos en Europa más importantes del siglo XVI, desde la perspectiva del humanismo.
Libros de Stefan Zweig que te pueden interesar
- Montaigne.
- Castellio contra Calvino: conciencia contra violencia.
- La lucha contra el demonio (Hölderlin, Kleist, Nietzsche).
Mejores frases de Erasmo de Rotterdam: Triunfo y tragedia de un humanista
“Estos tempranos idealistas tenían una conmovedora y casi religiosa confianza en la
capacidad de ennoblecimiento de la naturaleza humana por medio del perseverante
cultivo de la enseñanza y la lectura”. Stefan Zweig.
“Al hombre dotado de sensibilidad moral, siempre le parece como cosa insubstancial y sin
sentido la propia existencia, sin el consolador pensamiento de que también él, puede
añadir algo a la moralización general del mundo”. Stefan Zweig.
“Siempre en todos los tiempos volverá a haber oleadas de fanatismo, brotadas de las
primitivas profundidades del orbe de impulsos humanos, que inundarán y destrozarán
todo”. Stefan Zweig.
“Erasmo es el único entre los guiadores de aquella época que se niega a adscribirse a un
partido. No se pone del lado de la Iglesia, no se pone del de la Reforma”. Stefan Zweig.
“Mas la historia es injusta con los vencidos. No ama mucho a los hombres mesurados, a
los mediadores y reconciliadores, a los hombres de la humanidad. Sus favoritos son los
apasionados, los desmedidos, los bárbaros aventureros del espíritu y de la acción”. Stefan
Zweig.
“Los destruidos castillos de la Guerra de los Aldeanos son testigos inflamadores de aquel
Cristo, mal comprendido, cada cual según su modo, por aquellos fanáticos”. Stefan Zweig.
“La razón, eterna y serenamente paciente, puede esperar y perseverar. A veces, cuando
las otras alborotan, en su ebriedad, tiene que enmudecer y guardar silencio. Pero su hora
llega, vuelve a llegar siempre”. Stefan Zweig.
“Pero este gran arte de dirigir, libre y con independencia, la propia vida (el más difícil para
todo artista) tiene que ser aprendido”. Stefan Zweig.
“Erasmo no vivió nunca dentro de los pueblos y países, sino por encima de ellos, en una
atmósfera más sutil y más claramente transparente, en la torre de marfil del artista y del
académico”. Stefan Zweig.
“Lo mismo que el guerrero con su armadura, con su espada y yelmo, el obispo con su
anillo y ornamentos, así en cada retrato aparece Erasmo como el hombre de guerra del
arma recién descubierta, como el hombre del libro”. Stefan Zweig.
“Con tal temor en los nervios y tal hipersensibilidad en los órganos del cuerpo, se llega
difícilmente a ser un héroe”. Stefan Zweig.
“Pero el que señala la vía hacia lo nuevo no es menos digno de veneración que el que por
primera vez la recorre”. Stefan Zweig.
“El varón prudente no se queja, el sabio, no se excita: mira con penetrante mirada y
despreciativos labios el estúpido ajetreo, y, con el “guarda e passa!” del Dante, prosigue
su propio y constante camino”. Stefan Zweig.
“Sirve mejor a los santos no el que colecciona sus huesos y los adora, sino quien en su
existencia personal trata de imitar del modo más perfecto la piadosa vida de aquellos”.
Stefan Zweig.
“Pero Erasmo, para su siglo, era más que un fenómeno literario; era, y llegó a ser, la
expresión simbólica de los más secretos anhelos espirituales colectivos”. Stefan Zweig.
“El humanismo no tiene sentido imperialista, no conoce ningún enemigo ni quiere ningún
siervo”. Stefan Zweig.
“Serán necesarios cientos de años, y quizás miles, de educación moral y elevación de la
cultura para una plena desbestialización y humanización de la estirpe del hombre”. Stefan
Zweig.
“En todo momento, Erasmo tiene que conservar su libertad de pensamiento y de acción,
pues, sin libertad, es imposible la justicia, única idea que, como supremo ideal, debería
ser común a toda la humanidad”. Stefan Zweig.
“Hay tiempos en los cuales la neutralidad recibe el nombre de crimen; en momentos
políticamente agitados, el mundo exige que claramente se esté en favor o en contra”.
Stefan Zweig.
“Para el espíritu libre e independiente, que no quiere atarse por ningún dogma ni decidirse
por ningún partido, en ningún partido, en ninguna parte hay un hogar sobre la tierra”.
Stefan Zweig.