
Poema: Lo fantafuso

Tal vez se ha perdido
el sentido de la existencia entre tantos significantes y significados
que van trastocándose,
transformándose,
materializándose.
¿A dónde ha ido
la esencia del agente reflexivo?
¿En dónde se ha escondido?
Quizá en la monotonía,
en el estar sin acción,
como en un estado estático constante
de lo que sólo está por estar
y vive por vivir.
Probablemente es que el ser
ha querido dejar de cuestionarse
por el dolor que implica
la existencia misma,
o por el miedo que trae consigo
conocer al mundo y a uno.
Quizá nosotros como todas las cosas
somos conceptos abiertos,
caóticos, jugando con las letras
y las interpretaciones,
siendo un sentido primero
y otro completamente nuevo.
¡Disparidades acuciantes!
Miradas hacia el cielo
con los ojos cerrados
y las bocas cogiendo fonemas,
creando palabras,
intuyendo significados distintos.
Somos seres
experimentando lo «fantafuso»,
que conserva su cualidad de fantástico
y adquiere la de confuso
para constituirse en ambos.
Neologismo del pensamiento
que no se cansa de fabricar,
de desplegar en su totalidad la realidad.
En el pensamiento
se absorben y se reconstruyen
las percepciones del mundo.
Gira la existencia
y desde todos sus ángulos
posee la simultaneidad
del presente siendo presente, pasado y futuro.
Es el devenir y la extrañeza
ante el lenguaje arbitrario
que somos;
en la acción nos volvemos libres,
un acto en resistencia
como el arte que nos interroga
y nos inventa.
